Guerra cultural contra Rusia: ¿Quién gana y quién pierde?
Durante 2022 Occidente censuró desde escritores hasta la presentación de obras de ballets. Como respuesta, la afición por el arte ruso creció mucho más en el país.
Desde el inicio del operativo militar ruso en Ucrania, varios organismos e instituciones culturales de Occidente cortaron sus vínculos con el gigante euroasiático.
Reino Unido, por ejemplo, suspendió la gira del Ballet Estatal de Siberia, y la Royal Opera House de Londres anuló la temporada de danza del Teatro Bolshói.
La Filarmónica de Múnich despidió a su director de orquesta, Valery Gerguiev, por no condenar los enfrentamientos.
De igual forma, la Ópera Estatal de Baviera canceló sus compromisos con la soprano Anna Netrebko y ella, a su vez, advirtió que obligar a los artistas a condenar la patria es inaceptable.
Destacados grupos musicales como Green Day, Imagine Dragons, Franz Ferdinand y The Killers suspendieron las actuaciones en el país transcontinental.
El festival de cine de Cannes rechazó a las delegaciones rusas y compañías como Walt Disney, Sony y Warner Bros no estrenaron sus audiovisuales en este territorio.
En consecuencia, muchas de las compañías sufrieron cuantiosos retrocesos en sus suscriptores. De hecho, solo en la primavera de 2022, la plataforma Netflix perdió 50 mil millones de dólares, debido a la interrupción del acceso a sus servicios a 700 mil usuarios de Rusia.
Censuras desde Ucrania
El Gobierno de Volodymyr Zelensky, por su parte, intensificó la demolición de monumentos, el cambio de nombres de calles y la destrucción de herencia relacionada con la historia soviética.
La Rada Suprema (Parlamento) aprobó además la suspensión de la música de la nación eurasiática en los medios de comunicación y lugares públicos.
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En entrevistas con el canal Kiev, el comisario para la Protección de la Lengua Estatal de Ucrania, Tarás Kremen, propuso la prohibición del idioma ruso en todas las universidades del país.
Asimismo, las autoridades negaron la exhibición de la película Cheburashka, basada en un mítico personaje animado de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.
¿Qué decisión tomó Rusia?
Según el escrito "La operación militar especial cambia la cultura rusa", publicado por la periodista Olga Andreeva, en el diario Vezglad, los hechos pusieron a los artistas ante una cuestión moral.
“En el contexto de las hostilidades las autoridades se vieron obligadas a tomar medidas enérgicas contra aquellos cuyas posiciones podrían dividir a la sociedad”, aseguró la articulista.
Desde entonces algunas personalidades salieron del arte ruso, como Chulpan Khamatova, Kirill Serebrennikov, Dmitry Karimov, Timofey Kulyabin y Renata Litvinova.
La directora de la Bienal de Teatro, Olga Igoshina, apuntó, en cambio, que ya era hora de dejar el tiempo de la niñez y "crecer con la cultura nacional".
A principios de julio, el Parque Gorky de Moscú acogió, por tercera vez, el mayor foro de la Semana Creativa de su historia con representantes de todas las industrias del país.
El Año del Patrimonio Cultural de los Pueblos, celebrado por iniciativa del Ministerio de Cultura, también despertó gran interés, con más de 78 mil eventos en su agenda.
Mientras, la recaudación de la comedia familiar Cheburashka sobrepasó los tres mil 500 millones de rublos (unos 51,4 millones de dólares) y ya es la cinta más taquillera en toda la historia de la distribución cinematográfica rusa.