El campo magnético de la Tierra casi desaparece
En este momento, el polo norte magnético se está desplazando hacia Siberia, a una velocidad que resulta incómodamente alta para los sistemas de navegación. Existe una anomalía magnética en el Atlántico sur en la que la magnetosfera es inusualmente débil, pero que, según algunos científicos, no es una señal de que los polos de la Tierra vayan a invertirse. De momento.
Quizás estos dos fenómenos bastan para apreciar que el lugar donde vivimos está «vivo» y en permanente cambio. Por ello, resulta esencial saber adónde vamos y comprender de dónde venimos. Más cuando el campo magnético de la Tierra es el escudo natural que protege la atmósfera del viento solar y la superficie de la radiación de los rayos cósmicos.
Una investigación que se acaba de publicar en Nature Geoscience, y que ha sido dirigida por Richard Bono, investigador en la Universidad de Liverpool (Reino Unido), ha dado un importante paso adelante en la comprensión de un fenómeno que intriga a los científicos: el de cuándo y cómo se formó el núcleo sólido del planeta Tierra.
Estos investigadores han concluido que el núcleo se solidificó hace al menos alrededor de 565 millones de años, mucho antes de lo que se pensaba, y que lo hizo justo a tiempo para evitar el colapso del campo magnético. Sus conclusiones apoyan la idea de que la solidificación del núcleo fortaleció enormemente la magnetosfera terrestre, de la que hoy depende buena parte de la vida del planeta.
Sus resultados coinciden con las deducciones de varias teorías según las cuales el núcleo de la Tierra es relativamente joven. Además, aportan pistas sobre cómo el planeta se enfrío desde su formación, hace más de 4.500 millones de años, lo que es clave para estudiar la tectónica de placas y todos los procesos relacionados con ella.
Tierra: el origen del magnetismo
¿Cómo comenzó todo este proceso? Gracias a las trazas de magnetismo halladas en rocas antiguas, se sabe que el magnetismo del planeta apareció hace al menos 4.200 millones de años, y que en un principio se originó en la circulación del núcleo cuando estaba exclusivamente formado por materiales fundidos.
Según los modelos matemáticos manejados por los autores de esta investigación, con el tiempo esta circulación dejó de ser lo suficientemente fuerte como para alimentar el campo magnético. Por ello, y tal como muestra el registro geológico, el campo empezó a debilitarse y aparecieron repentinas inversiones de los polos con el transcurso de millones de años.
Según los autores de esta investigación, en ese momento el campo magnético del planeta era extremadamente débil.
Por suerte, debido al enfriamiento progresivo del interior del planeta, el núcleo comenzó a solidificarse. Y, gracias a esto, se formó una potente dinamo en el interior del planeta capaz de activar el campo magnético del que disfrutamos hoy.
Los autores de la investigación aseguran haber encontrado pruebas de que esto ocurrió al menos hace 565 millones de años, que es el momento en que se formaron unas rocas, encontradas en Quebec, Canadá, y cuyos gránulos de hierro han analizado. Hasta ahora, las teorías que establecen el origen del núcleo lo sitúan en una antigüedad comprendida entre los 2.500 millones y los 500 millones de años.
El nacimiento de los animales
Los resultados es este estudio indican que el campo magnético estaba a punto de colapsar en pleno periodo ediacárico, en el que se sostiene que tuvo lugar el origen de los animales. Si por entonces, como sostienen, la magnetosfera estaba debilitada y sufría inversiones en los polos, es posible que la radiación espacial, capaz de dañar el ADN, llegase a la superficie.
El campo magnético era, exactamente, «10 veces menos intenso» al actual e «inferior a nada observado hasta ahora», según ha dicho en Sciencenews.org John Tarduno, investigador en la Universidad de Rochester en Nueva York (EE.UU.) y coautor del estudio. Todo esto sugiere, según él, que por entonces «estaba ocurriendo algo fundamental en el núcleo».
Los análisis de las rocas han permitido concluir que, durante un periodo de 100.000 años, el campo magnético fue extremadamente débil. Por otra parte, los modelos de ordenador indican que esta etapa de debilidad pudo ir de los 900 millones a los 600 millones de años de antigüedad. No se podrá afinar este momento hasta que no se hagan más investigaciones con minerales de otros lugares y otros momentos.
Sea como sea, han asegurado que después de ese periodo de debilidad se produjo la solidifación del núcleo, tan relevante para el fortalecimiento del campo magnético y el desarrollo de la vida en la Tierra.