En Latinoamérica 248 millones sin acceso a vacunación antiCOVID-19
De acuerdo con los datos facilitados por la directora de la OPS, Carissa Etienne, los mayores perjudicados por esta situación se hallan fundamentalmente en zonas rurales o de difícil acceso.
Unos 248 millones de personas en América Latina y el Caribe permanecen sin recibir al menos una dosis de las vacunas existentes contra la COVID-19, reveló este miércoles la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
De acuerdo con los datos facilitados por la directora de ese organismo, Carissa Etienne, los mayores perjudicados por esta situación se hallan fundamentalmente en zonas rurales o de difícil acceso.
Hasta la fecha, declaró, solo 14 países alcanzaron una cobertura del 70 por ciento con cronogramas de inmunización completos.
Según la funcionaria, la pandemia exacerbó las desigualdades e hizo surgir otras nuevas en relación con el acceso a los inmunógenos.
En la planificación de fases futuras de enfrentamiento a la pandemia debemos recordar que la COVID-19 sigue siendo una amenaza real y representa una carga mayor para los más pobres y los más vulnerables, remarcó Etienne.
Solamente en los primeros dos meses de 2022, dijo, el 53 por ciento de todos los casos nuevos fueron notificados en las Américas.
Países como Estados Unidos, Brasil y Chile llegaron a números altos de infecciones durante la ola de Ómicron, y perdimos más de 220 mil vidas, ejemplificó.
Acorde con las cifras divulgadas por la OPS, la COVID-19 causó más de dos millones 600 mil muertes en el continente americano desde el comienzo de la pandemia hace dos años, casi la mitad de todos los casos reportados en el mundo.
La líder de la entidad regional consideró perentorio aprender a vivir con la enfermedad, e instó a adoptar habilidades en pos de modificar los protocolos de atención requeridos por los sistemas de salud en correspondencia con los cambios futuros del virus.
Adujo que las lecciones dejadas por el SARS-CoV-2 son claves para mejorar la respuesta en relación a los retos impuestos por la emergencia sanitaria, y para abordar otros desafíos del desarrollo y la salud con el fin de construir una región más resistente, fuerte y saludable.