FAO: Inseguridad alimentaria afectó a 40 millones de personas en 2021
Actualmente existen 143 millones de personas en 53 países que no consumen suficientes alimentos, lo que coloca sus vidas en peligro.
La inseguridad alimentaria afectó a 40 millones de personas en un año (2020-2021) para llegar a 143 millones de personas en 53 países que no consumen suficientes alimentos para poner en peligro sus vidas, informó la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
El Informe Global sobre Crisis Alimentaria 202, publicado por la FAO y el Programa Mundial de Alimentos (PMA), organizaciones con sede en Roma, Italia, puntualizó que los países más afectados están en África (Yemen, Eritrea, Burundi, Kenia, Mozambique, Congo, Etiopía, Nigeria, entre otros), en América Central y Caribe (Haití, Honduras, Guatemala, El Salvador y Nicaragua) y en Asia (Pakistán, Bangladesh, Siria, Afganistán, entre otros).
En América Central y Caribe la crisis económica y social con impacto en la alimentación se vio recrudecida por el impacto de los huracanes Eta y Iota que acrecentaron la carestía de la población.
Según explicó al diario Página 12 Anna Ricoy, coordinadora de la Gestión de Riesgo de Desastres de la Oficina Regional de la FAO para América Latina y Caribe con base en Chile, la crisis socioeconómica, los eventos extremos como huracanes y terremotos y la inestabilidad agravan el problema.
Según el Informe Global sobre Crisis Alimentaria 2022 en América Latina unos 12,7 millones de personas padecen este flagelo, un millón de personas más en poco más de un año. Y los países más afectados son Honduras, Guatemala, El Salvador y Nicaragua además del caribeño Haití que alberga un tercio del total (4,4 millones) de las personas que sufren hambre en la región.
La enorme preocupación ha sido el impacto que ha tenido la ralentización económica sobre la pérdida de empleos y la caída de los ingresos, especialmente considerando que gran parte de los trabajadores de la región son informales, dijo la funcionaria.
En cuanto a los eventos extremos en América Central, los huracanes Eta/Iota de 2020 destruyeron cultivos y reservas de alimentos. Las lluvias irregulares en Haití, el terremoto de magnitud 7.2 y la depresión tropical Grace en agosto de 2021 afectaron la producción y disponibilidad de alimentos. Los altos niveles de inseguridad en Centroamérica impactaron las actividades económicas y agrícolas. La situación de inseguridad en Haití se deterioró aún más en 2021, agregó.
En otra parte de sus declaraciones a Página 12 la funcionaria aseguró que el conflicto en Ucrania es fuente de gran inquietud en nuestra región como en el resto del mundo y en particular en los países en crisis alimentarias. La incertidumbre respecto a las próximas campañas agrícolas, subrayó, podría impactar la disponibilidad de las reservas globales de alimentos, e influir en una ulterior alza de los precios de aceites vegetales, cereales y carne, del azúcar y productos lácteos, entre otros.
Dijo que ya en el último mes el índice de precios de los alimentos de la FAO aumentó un 12.6 por ciento. Es el aumento más alto desde que tenemos registros. Por otra parte, las eventuales disrupciones de gas natural y energía van a impactar la producción global de fertilizantes, reduciendo su disponibilidad y llevando los precios al alza.
Destacó Ricoy que América Central es importadora neta de fertilizantes. Todos estos factores van a tener un impacto en la producción, en los rendimientos, y por supuesto se reflejará en un alza de los precios al consumidor. En América Central no hay hambre por falta de alimentos, hay hambre por falta de dinero en los bolsillos de las personas. Por lo tanto se podría dificultar ulteriormente el acceso a los alimentos y provocar un aumento de todas las formas de malnutrición, subrayó la funcionaria.
Ricoy aseguró que los pronósticos más recientes para la región de Latinoamérica no son alentadores. En las últimas dos semanas, el Fondo Monetario Internacional rebajó las proyecciones de crecimiento respecto a las de Enero 2022.
De acuerdo con esta información, para América Latina y el Caribe se estima una inflación promedio de 6,6 por ciento para 2022 y de 5,4 por ciento para 2023. El crecimiento se estima en torno al 2,5 por ciento en 2022 y 2,5 por ciento en 2023. Estamos frente a una crisis de nivel global que podría tener repercusiones graves a nivel regional, y debemos prevenir que se desencadene una crisis alimentaria mayor en la región, advirtió.