Anticipan fracaso de Occidente en Ucrania
Rusia está practicando una guerra a la que Occidente no está acostumbrado, en la que las guerras ya no se ganan. Es muy poco probable que haya una ceremonia que ponga fin a la guerra de Ucrania, afirmó un informe del sitio digital Indian Punchline “Por qué la guerra de Ucrania no tiene ganadores”.
El informe suscrito por M. K. Bhadrakumar, un diplomático de carrera de la India con asignaciones en la Unión Soviética, Paquistán y Turquía, entre otros países, y con una notable producción de artículos para importantes medios del mundo, se adentra en la crisis Ucraniana, el impacto de las sanciones contra Rusia y lo que pudiera ser el fracaso de Occidente de poner de rodilla al gigante ruso.
Rusia espera una cosecha de cereales de 130 millones de toneladas de grano, incluyendo 87 millones de toneladas de trigo - "un máximo histórico en la historia de Rusia", dice el presidente Vladimir Putin, Moscú, 12 de mayo de 2022, o sea, que las sanciones no tuvieron el efecto desastroso programado por Washington y sus aliados de la OTAN.
Evidentemente, la parte rusa no se ajustó a la narrativa occidental. El desconcierto resultante amenaza con fragmentar la unidad occidental. Ya no todos los países de la OTAN hablan con una sola voz, señaló el exdiplomático.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el británico Boris Johnson juran que no se conformarán con nada menos que una derrota rusa. Los Nuevos Europeos -Polonia y los Estados Bálticos principalmente- también exigen un final apocalíptico para Rusia. Algo distante se encuentra el canciller de Alemania, Olaf Scholz, que se limita a decir que no quiere que Rusia "gane". El francés Emmanuel Macron sigue diciendo que sin comprometer a Rusia no se puede construir la arquitectura de seguridad europea. Además, hay escépticos declarados como Grecia, Turquía y Hungría.
Biden y Johnson tienen la sartén por el mango, ya que manipulan la situación actual en Kiev y aprovechan la guerra. Pero incluso estos dos políticos curtidos parecen darse cuenta últimamente de que las cosas son más complicadas. La Declaración de Visión Conjunta emitida ayer (13 de mayo) en Washington tras la cumbre especial entre Estados Unidos y la ASEAN evita por completo la habitual retórica e hipérbole estadounidense sobre la "agresión" rusa, comenta la publicación.
Omite cualquier referencia a Rusia o a las sanciones occidentales y, en su lugar, subraya "la importancia de un cese inmediato de las hostilidades y de la creación de un entorno propicio para la resolución pacífica."
Sin embargo, por increíble que parezca, el hecho es que el Congreso estadounidense ofrece a Biden un enorme presupuesto de guerra para ayudar a Ucrania, que supera el presupuesto anual del departamento de Estado y es más de lo que propone gastar en proyectos de energía verde en Estados Unidos, señaló.
Igualmente, destacó, la UE, que impuso tan duras sanciones a Rusia, se está dando cuenta tarde de que las sanciones están perjudicando más a las economías europeas que a la rusa. En algunos países europeos, la tasa de inflación anual se acerca al 20%, mientras que los precios en la eurozona aumentaron más del 11%, por término medio.
Durante una videoconferencia en Moscú el jueves, el Presidente Putin destacó que las empresas rusas están sustituyendo constantemente a los socios occidentales que se marcharon debido a las sanciones; se esperan 130 millones de toneladas de grano en la cosecha rusa de este año, entre ellas 87 millones de toneladas de trigo, "un máximo histórico en Rusia"; las tasas de inflación en Rusia se han multiplicado con respecto a los niveles de marzo; el superávit presupuestario ha alcanzado los 2,7 billones de rublos; se ha producido un superávit récord en el comercio exterior; el rublo está registrando "mejores resultados que todas las demás monedas extranjeras" desde principios de 2022. (Sin dudas eso es indicativo de que Occidente no consiguió sus objetivos de poner de rodilla a Rusia).
Por el contrario, últimamente se oyen voces críticas que afirman que las sanciones antirrusas no hacen más que agravar la crisis de inflación de EE.UU., y que dar prioridad a la ayuda a Ucrania está distrayendo a Biden de cuestiones internas más importantes. El senador Rand Paul ha exigido que se audite el tren de la salsa a Ucrania, citando la analogía de la guerra de Afganistán. Señaló que el último paquete de gastos elevará la ayuda total de Estados Unidos a Ucrania a 60.000 millones de dólares desde que comenzó el conflicto en febrero, lo que supone casi lo que Rusia destina anualmente a todo su presupuesto de defensa, preciso Indian Punchline.
Sin embargo, agregó, Rusia no tiene un calendario para esta guerra. Se está tomando su propio tiempo para destruir sistemáticamente las capacidades militares, la base industrial y la infraestructura de Ucrania de forma integral. Biden y Johnson pensaron que el desgaste se impondría, ya que Rusia está luchando contra el "Occidente colectivo", después de todo.
Pero Putin les recordó el jueves que Rusia ganó la Segunda Guerra Mundial "no sólo luchando en el frente, sino también gracias a su poderío económico. En aquel momento, [Rusia] tuvo que enfrentarse no solo al potencial industrial de Alemania, sino a toda Europa, esclavizada como estaba por los nazis". Putin lanzó deliberadamente un duro recordatorio que resonará en Europa.
El consenso de la UE sobre el embargo de petróleo a Rusia ya parece difícil de alcanzar, asevero y agrego que hasta ahora, veinte empresas europeas han cumplido el plazo fijado por Moscú para realizar los pagos de las compras de gas en rublos. Y entre ellas está Alemania, la potencia europea.
¿Sobrevivirá la unidad de la UE a estas grietas? La llamada de Scholz a Putin el viernes, que reabrió una línea de comunicación después de varias semanas, debe entenderse en este contexto. Curiosamente, el Secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, también habló el viernes con su homólogo ruso, Sergey Shoigu, su primera conversación desde el inicio de las operaciones rusas en febrero, preciso la publicación digital, lo que es indicativo que algo se está moviendo.
De hecho, estimo Indian Punchline, es totalmente concebible que se acerque el momento de volver a examinar el proyecto de gasoducto Nord Stream 2. El cierre de todos los gasoductos rusos que pasan por Polonia y el cierre de los gasoductos ucranianos dejan a Alemania a punto de sufrir una escasez de electricidad que interrumpa la producción industrial.
Bloomberg informa, citando datos de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), que, a pesar de las sanciones occidentales, los ingresos de Rusia por exportaciones de petróleo aumentaron un 50% en 2022. Los envíos rusos han aumentado en unos 620 mil barriles diarios en abril, volviendo a su media anterior a las sanciones. Debido al aumento de la demanda, se dirigieron más envíos hacia Asia. Irónicamente, la UE, a pesar de la postura de línea dura del ejecutivo, ha seguido siendo hasta ahora el mayor mercado para el combustible ruso, con el 43 por ciento de las exportaciones de petróleo del país destinadas al bloque en abril, según estimaciones de la AIE.
Las valoraciones de la publicación digital sugieren que en Ucrania no habrá vencedores, a no ser las grandes industrias armamentistas, pero a la larga todas las economías occidentales se resentirán, incluso, la de Rusia, pese a los anuncios de su bonanza, también sufrirá por el efecto dominó.