Gigante químico alemán podría cerrar una planta por falta de gas
La BASF podría cerrar su mayor instalación -con casi 40 mil empleados- debido a la reducción del suministro de energía de Rusia.
El gigante químico alemán BASF -con casi 40 mil empleados- podría verse obligado a detener la producción en la mayor planta química del mundo en Ludwigshafen debido a la falta de gas ruso barato y abundante, informó The Wall Street Journal.
Según el informe, BASF lleva años utilizando el gas natural ruso para generar energía y como materia prima para productos como la pasta de dientes, los medicamentos y los automóviles.
Sin embargo, la empresa declaró que la disminución del suministro de gas ruso está suponiendo una amenaza para su vasto centro de fabricación.
El economista principal de BASF, Peter Westerheide, declaró, citado por el WSJ, que "reducir la producción en este centro será una tarea enorme".
"Nunca hemos visto situaciones como esta. Es difícil de imaginar", añadió.
El complejo de Ludwigshafen, que abarca unos diez kilómetros cuadrados y 200 plantas, representa aproximadamente el cuatro por ciento de la demanda total de gas en Alemania.
Cabe destacar que aproximadamente el 60 por ciento del combustible utilizado en la planta se emplea para generar electricidad, mientras que el 40 por ciento restante se utiliza para producir productos químicos como amoníaco y acetileno.
BASF estima que las operaciones podrían reanudarse si el complejo químico sigue recibiendo más de la mitad del volumen máximo de gas. En caso contrario, las operaciones del complejo se detendrán.
A principios de este mes, los flujos de gas ruso hacia Alemania a través del gasoducto submarino Nord Stream se redujeron hasta un 60 por ciento debido a problemas técnicos causados por las sanciones occidentales contra Moscú.
En respuesta a la crisis, el gobierno alemán ha activado la segunda fase de "alarma" de su plan de emergencia de gas de tres niveles.
La semana pasada, Alemania dijo que elevaría el nivel de alerta de su plan de emergencia de gas para asegurar el suministro tras la reciente reducción de los suministros de los gasoductos desde Rusia.
"El gas es ahora un bien escaso en Alemania", declaró a la prensa el ministro de Economía, Robert Habeck.
La activación de la segunda fase acerca a Alemania a la tercera y última etapa, que podría suponer un racionamiento de gas en la primera economía europea.
Alemania ha ordenado que las instalaciones de almacenamiento de gas se llenen al 90% antes del invierno europeo de este año para mitigar los riesgos de un corte de suministro.
En la actualidad, los almacenes del país están llenos en algo menos del 60 por ciento.
Alemania ha reducido el porcentaje de gas natural que le suministra Rusia del 55 por ciento antes de la guerra de Ucrania a cerca del 35 por ciento.
La mayor economía europea también ha buscado nuevas fuentes de suministro y ha acelerado los planes de importación de gas al país por vía marítima en forma de gas natural licuado (GNL).