Proteger el acuerdo nuclear es el tema más importante de la cumbre del G7
Mantener el acuerdo nuclear después de que Washington lo abandonó y volver a unir a Rusia al bloque después de su salida en 2014, serán temas centrales en la Cumbre de G-7 en Biarritz, Francia.

La cumbre del G-7 inició este sábado en la ciudad francesa de Biarritz en medio de un fuerte despliegue de seguridad y con protestas de movimientos sociales que denuncian la responsabilidad de sus miembros en los males de la humanidad.
A medida que los líderes mundiales comenzaron a llegar a la localidad de Biarritz, en el suroeste de Francia, la cumbre se centró en la iniciativa francesa para preservar el acuerdo nuclear después de que Washington lo abandonara.
Otra de las prioridades de la cumbre es la posibilidad de que Rusia se reincorpore al grupo después de su salida en 2014 tras la crisis en Ucrania y la anexión de Crimea.
El presidente francés, Emmanuel Macron, pidió discutir el tema de los incendios en el Amazonas durante la cumbre del G7, diciendo que el pulmón de la tierra y la fuente del 20 por ciento de su oxígeno arde hoy en una crisis internacional.
Los líderes de Alemania, Francia, Canadá, Estados Unidos, Italia, Japón y Reino Unido se reúnen en la urbe balneario con un formato calificado por los anfitriones de renovado, y temas en la agenda como la seguridad, el combate al terrorismo, el cambio climático, el desarrollo y la economía.
París en su condición de presidente del bloque y de organizador de su cumbre 45 propone además un enfoque inusual para estos encuentros: la lucha contra las desigualdades y el no menos raro objetivo de construir 'un capitalismo más justo'.
Las últimas horas trajeron acontecimientos bruscos que pudieran complicar las cosas para Francia y Emmanuel Macron.
El escenario se calentó con la guerra comercial desatada por Donald Trump contra China, los choques con Londres por el brexit y la amenaza del jefe del Elíseo de vetar el acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea y el Mercosur, tras los incendios en la Amazonía y los roces con Jair Bolsonaro.
Más de 13 mil policías y gendarmes tienen a su cargo la seguridad en Biarritz, en una movilización cuestionada por turistas y comerciantes, y descrita por no pocos con la palabra 'bunkerización' para ilustrar la fuerte presencia de uniformados y los controles aplicados.
La reunión del G-7 cuenta como invitados con Australia, Burkina Faso, Chile, Egipto, España, India, Ruanda, Senegal y Sudáfrica, además de con organizaciones de Europa, África y Naciones Unidas, delegaciones en su mayoría representadas al más alto nivel.
La cumbre del G-7 es rechazada por pacifistas, ecologistas, defensores de los migrantes y enemigos del capitalismo, que atribuyen a integrantes del bloque la creación y el agravamiento de los principales problemas de la humanidad.
Bajo ese principio, decenas de organizaciones comenzaron el miércoles en las cercanías de Biarritz la llamada contra-cumbre, con conferencias y talleres sobre el impacto del capitalismo y las multinacionales y el fortalecimiento de los movimientos alternativos, entre otras cuestiones.
Para hoy los activistas convocaron a una gran manifestación, en la cual expresarán su repudio a que unos pocos países pretendan regir los destinos de la comunidad internacional.