Más de 150 víctimas, entre muertos, heridos y desaparecidos, provocaron los ataques aéreos de la coalición que lidera Arabia Saudita contra un centro de detención en Dhamar, sudoeste de Yemen, confirmaron diversas fuentes.

El bombardeo de la coalición fue un crimen de guerra, declaró a Al Mayadeen el portavoz del Ministerio de Salud de Yemen, Yusuf al-Hadri, quien advirtió que "la prisión de Dhamar no es un lugar secreto, y la coalición lo sabe muy bien".

La alianza saudita, por su parte, afirmó haber apuntado a posiciones del movimiento popular Ansar Allah.

Según Hadri, la coalición lanzó al menos 14 misiles en varias embestidas contra tres edificios de la cárcel de Dhamar, donde estaban alrededor de 185 internos de la coalición saudita.

Hasta el momento se recuperaron más de 50 cuerpos, pero la cifra podría superar el centenar, dado que un gran número de víctimas aún están bajo los escombros.

El corresponsal de Al-Mayadeen citó fuentes médicas que dijeron que varios heridos están en estado grave, lo que probablemente aumentará el número de fallecidos.

 

Los equipos de rescate están encontrando grandes dificultades para entrar en el lugar debido al "bombardeo intenso y continuo".

El jefe del Comité Nacional para Asuntos de Prisioneros, Abdulqader al Mortadha, precisó que la mayoría de los reos iban a ser canjeados, lo cual corroboró el Gobierno de Saná.

 La mitad de los reos que estaban en la prisión objetivo, estaban a punto de salir de un acuerdo de intercambio de prisioneros con los esfuerzos locales, expresó el jefe del comité de asuntos de los prisioneros en el gobierno de Sana'a, Abdul-Qader al-Murtada.

Al-Murtada pidió a las organizaciones internacionales que condenen lo que calificó de “horrible crimen”.

El jefe del negociador de la delegación de Sanaa, Mohammed Abdul Salam, dijo que el hecho demuestra la brutalidad y criminalización de la alianza agresora.

El portavoz del Gobierno de Rescate Nacional, Daifallah al-Shami, al condenar la masacre dijo que ocurrió “mientras la nación islámica celebra el nuevo año Hijri".

Al-Shami llamó a “los gobiernos, personas libres y honorables del mundo a condenar este crimen” y pidió a las organizaciones internacionales y humanitarias que investiguen este y todos los crímenes cometidos por la agresión que ha sufrido el pueblo yemenita durante casi cinco años.

Por su parte, el Ministerio de Relaciones Exteriores iraní rechazó en términos enérgicos la masacre, señalando que el bombardeo de esta prisión marca otra página de crímenes cometidos por los agresores contra Yemen.

"El bombardeo de la prisión es un nuevo crimen de guerra además de otros crímenes cometidos por la coalición saudita contra Yemen", dijo el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Abbas Mousavi.

"Estos crímenes son cometidos por los invasores con armas estadounidenses y algunos países occidentales, y ciertamente el pueblo yemenita considera los considera que son socios en esos crímenes y deben asumir la responsabilidad".

Mientras, las fuerzas armadas yemenitas atacaron con siete cohetes a las de la coalición Saudita en el punto de cruce de la frontera.

Las fuerzas armadas también llevaron a cabo una operación a gran escala en Ruba, la tercera en menos de 24 horas.

Entretanto, aviones de combate de la coalición realizaron más de 25 incursiones en las provincias de Saada y Hajja.

En cuanto a la provincia de Adén, existe reportes de que hay calma y las tropas del Consejo de Transición del Sur respaldadas por los Emiratos Árabes Unidos reforzaron su despliegue.

 

Según testimonios, en Zanzíbar, provincia de Abyan, al este de Adén, fueron vistas fuerzas del Consejo pese a informes de que los efectivos del presidente Abd Rabbu Mansour Hadi (respaldados por Arabia Saudita) habían tomado el control de la ciudad.