La oposición boliviana intensifica las acciones para tratar de evitar los comicios generales del 20 de octubre e impedir la reelección del presidente Evo Morales, mediante actos que incitan a la confrontación ciudadana y la politización de los incendios en la Chiquitania.

En la semana que concluye, activistas pertenecientes a la Unión Juvenil Cruceñista y otras agrupaciones vinculadas al Comité Cívico Pro Santa Cruz destrozaron tres casas de campaña electoral del Movimiento Al Socialismo (MAS) y agredieron a militantes y población que se encontraban en el lugar.

Como resultado de esos hechos vandálicos perpetrados este último jueves en Santa Cruz (este), se reportaron varias personas heridas, dos de gravedad: un menor de ocho años con un trauma encéfalocraneano y una mujer embarazada, que corre el riesgo de perder a su bebé por un desprendimiento de placenta debido a los golpes recibidos.

Para la presidenta de la Cámara de Senadores de Bolivia, Adriana Salvatierra, se trata de "una característica de las movilizaciones del Comité Cívico que sólo buscan politizar el momento, porque cuando salen a las calles debemos lamentar el asalto a puestos comerciales, agresiones a periodistas y a ciudadanos de a pie", criticó.

 

El ministro de Gobierno, Carlos Romero, señaló que agreden al MAS porque consideran que de otra manera no lo pueden enfrentar en las urnas. Además, calificó los hechos como una actitud de desesperación, intolerancia y racismo.

Según el mandatario, las elecciones se ganan con el apoyo y voto del pueblo.  "Las elecciones no se ganan con bate, se ganan con voto. Las elecciones no se ganan con violencia, se ganan con conciencia del pueblo boliviano", aseguró.

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