Ganadores y perdedores en la agresión turca contra Siria, según analista político en temas del Medio Oriente
Estados Unidos ha fracasado dramáticamente en alcanzar sus objetivos en el Levante, y ha logrado despertar a Rusia de su larga hibernación, desafiar la hegemonía unilateral de Estados Unidos en el mundo y desarrollar nuevas formas de alianza.
Estados Unidos ha fracasado dramáticamente en alcanzar sus objetivos en el Levante, y ha logrado despertar a Rusia de su larga hibernación, desafiar la hegemonía unilateral de Estados Unidos en el mundo y desarrollar nuevas formas de alianza.
De acuerdo con Elijah J. Magnier, analista político y especialista en el Medio Oriente, Irán también ha desafiado la hegemonía de Estados Unidos de manera creciente desde la "Revolución Islámica" de 1979. Irán ha planeado meticulosamente y construido pacientemente una cadena de aliados que conectan diferentes partes de Medio Oriente.
Ahora, después de 37 años, Irán puede presumir de tener un collar de robustos aliados en Palestina, El Líbano, Siria, Irak, Yemen y Afganistán, que están listos, si es necesario, para tomar las armas y defenderla. La nación iraní, de hecho, se ha beneficiado enormemente de los errores de Estados Unidos.
Debido a su falta de comprensión de las poblaciones y los líderes de todo el mundo, opina Magnier, EEUU ha fracasado universalmente a la hora de ganar "corazones y mentes" en todos los países de Medio Oriente, en los que se impuso como un aliado potencial.
La llegada del presidente Donald Trump al poder ayudó a los aliados estadounidenses y al campo antiestadounidense a descubrir, juntos, los límites y el alcance de las sanciones estadounidenses. Rusia y China tomaron la iniciativa de ofrecer un nuevo modelo más suave de alianza, que aparentemente no pretende imponer otro tipo de hegemonía. La oferta de una alianza y asociación económica es especialmente atractiva para aquellos que han probado la hegemonía estadounidense y desean liberarse de ella mediante una alternativa más equilibrada.
Durante este período de gobierno de Trump, el Medio Oriente se convirtió en un enorme almacén de armas avanzadas de diversas fuentes… Pero la superioridad en armamentos por sí misma cuenta muy poco, y su propio equilibrio no es suficiente para desplazar el peso a un lado u otro. Incluso el país más pobre, Yemen, ha hecho un daño significativo a Arabia Saudita, una nación rica en petróleo, altamente equipado militarmente y con el hardware más moderno de Estados Unidos en la región.
Según Magnier, Trump fue informado del evidente fracaso en el cambio de régimen en Siria y de la imposibilidad de desalojar a Irán del Levante. Probablemente su objetivo era evitar la pérdida de vidas y, por lo tanto, decidió abandonar el país que sus fuerzas han ocupado en los últimos años.
Sin embargo, su repentina retirada, aunque hasta ahora sea parcial supuso un shock para sus aliados kurdos e israelíes. Trump demostró su disposición a abandonar a sus amigos y enemigos más cercanos de la noche a la mañana.
La jugada de Trump, explica Magnier, ofreció una victoria inesperada a Damasco. El gobierno sirio está recuperando lentamente su fuente más importante de alimentos, agricultura y energía. Las provincias del norte de Siria tienen una riqueza excepcional en agua, electricidad, petróleo, gas y alimentos. El presidente Trump lo ha devuelto al presidente Bashar al-Assad. Esto también servirá para la próxima campaña electoral de Trump.
Por otro lado, sostiene Magnier, Al Assad confía en que Rusia logre detener el avance turco y reducir sus consecuencias. Turquía quiere asegurarse de que el YPG kurdo, la rama siria del PKK, sea desarmada y contenida. Nada parece difícil de gestionar para Rusia, sobre todo cuando ya se ha ofrecido amablemente el objetivo más difícil: la retirada de las fuerzas estadounidenses.
Rusia es uno de los jugadores más exitosos en numerosos frentes, y ahora se encuentra en una posición con la que el Presidente Putin sólo podría haber soñado antes de 2015. Numerosos analistas y grupos de reflexión predijeron que Moscú se hundiría en el pantano sirio, y se burlaron de su arsenal. Todos estaban equivocados.
El presidente Putin se ha distinguido como un socio y aliado de confianza, a diferencia de Trump, que abandonó a los kurdos y chantajea incluso a su aliado más cercano, Arabia Saudita.
Rusia impuso el proceso de Astana en lugar de Ginebra para las conversaciones de paz, ofreció a los países utilizar sus monedas locales para el comercio en lugar del dólar, y está tratando pragmáticamente con Irán y Arabia Saudita, y con Al-Assad y Erdogan. Mientras, los estadounidenses se han mostraron incapaces en la diplomacia.
A su vez, el régimen israelí perdió la perspectiva de un Estado kurdo (Rojava) como aliado. Este sueño ha desaparecido durante muchas décadas y con él la partición de Siria e Irak. El "Acuerdo del siglo" ya no tiene sentido y el trato de no agresión con los Estados árabes es un espejismo. Todo lo que quería el asesor cercano de Trump, el Primer Ministro Netanyahu, ha perdido su significado, e Israel ahora tiene que lidiar con la presencia rusa en el Medio Oriente y soportar las consecuencias de la victoria lograda por Assad, los rusos y los iraníes, concluye Magnier.