Bin Salman lejos de ser para sus aliados un socio regional competente, según The Guardian
El modelo histriónico de hacer amigos e influenciar a la gente, apunta Malik, está en consonancia con el estilo de relaciones exteriores del Príncipe Heredero, es un patrón de conducta que hace cada vez más difícil que los aliados occidentales sigan pintando a Arabia Saudita como un aliado competente en la región.
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El Príncipe Heredero Mohammed bin Salman (drecha) y Jeff Bezos en Riad, 2016.
De acuerdo Nesrine Malik, columnista de The Guardian, las acciones de Mohammed bin Salman (MBS) dificultan que sus aliados occidentales lo presenten como un socio regional competente.
Según Malik, MBS inicialmente consolidó su posición purgando a amigos y familiares en una "campaña anticorrupción". Su calamitosa campaña en Yemen, iniciada cuando se convirtió en ministro de Defensa a los 20 años y que ahora es un atolladero para los sauditas, fue menos una calculada maniobra defensiva y más un movimiento de poder inmaduro.
Aparte de esos incidentes internacionalmente notorios y del aventurerismo militar, señala Malik, la elevación del MBS a gobernante de facto de Arabia Saudita introduce una oscura intriga de palacio.
Cuenta la autora que, en septiembre pasado, un guardaespaldas de alto perfil y famosamente leal a su padre, el rey Salman, fue asesinado a tiros, aparentemente por una "disputa personal" con un amigo. Los rumores señalan que la muerte fue el resultado de la infelicidad del viejo establecimiento de seguridad por el caprichoso comportamiento de la MBS.
Ahora –explica– se ha activado un ejército de trolls de Twitter para atacar a Bezos y pedir un boicot a Amazon para "enseñar a Bezos una lección que no olvidará" si no se disculpa por alegar que MBS hackeó su teléfono.
El año pasado Twitter suspendió 90 mil cuentas utilizadas para intimidar a los que criticaban a la familia real, y twiteó en masa hashtags glorificando al príncipe heredero.
Después de escribir críticas sobre la familia real saudita, cuenta la propia Nesrine Malik, ella ha sido a menudo el blanco en línea de cuentas leales al gobierno saudita que afirman que estaba recibiendo fondos de Qatar.
El modelo histriónico de hacer amigos e influenciar a la gente, apunta Malik, está en consonancia con el estilo de relaciones exteriores del Príncipe Heredero, es un patrón de conducta que hace cada vez más difícil que los aliados occidentales sigan pintando a Arabia Saudita como un aliado competente en la región.
Las últimas noticias son que Boris Johnson ha sido bombardeado con mensajes emoji de MBS en WhatsApp, lo que pone al primer ministro en la posición de tratar de averiguar si ha sido hackeado, o si a MBS sólo le gusta comunicarse a través de imágenes y no de palabras. Como siempre, esto también se ha filtrado a la prensa: MBS parece pensar que como no hay medios de comunicación que funcionen en Arabia Saudita, no hay ninguno en otros lugares.
Sostiene Malik, que lo que distingue a MBS no es un diseño astuto: es un caos basado en el capricho, ejecutado a través de una caja de herramientas de juguete. “Es más un villano de Scooby-Doo que un inteligente archienemigo. La única cosa que Mohammed bin Salman hace tan consistentemente como violar las normas internacionales es hacerlo de una manera tan torpe y rastreable que siempre es atrapado.