EE.UU. pierde terreno en democracia y derechos humanos
El mundo que miraba a Estados Unidos como defensor de la democracia y los derechos humanos, observa que en realidad había una vaciedad en lo interno del que se presentaba como el campeón de esos conceptos.
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EE.UU. pierde terreno en democracia y derechos humanos.
El mundo que miraba a Estados Unidos como defensor de la democracia y los derechos humanos, observa que en realidad había una vaciedad en lo interno del que se presentaba como el campeón de esos conceptos.
La policía reprime sin distinción a manifestantes pacíficos, saqueadores, agitadores y periodistas.
Pese a tales desmanes, el presidente Donald Trump criticó a los gobernadores estatales por su respuesta débil.
Otro hecho sorprendente fue la brutal acción policial de embestir las multitudes con camionetas.
Trump sólo alienta a la violencia y dijo a los gobernadores: “Tienes que dominar, si no dominas estás perdiendo el tiempo. Te van a atropellar. Los verán como un montón de idiotas. Tienes que dominar”, repitió.
Lo negativo de la reacción internacional mostró hasta qué punto cayó la reputación de Estados Unidos bajo la presidencia de Trump.
“La erosión del liderazgo global de Estados Unidos ha sido más rápida de lo esperado”, dijo un diplomático europeo de alto rango a Foreign Policy.
Y añadió: “La supremacía militar y el poder financiero todavía están ahí. Sin embargo, las reservas de poder político se están agotando rápidamente”, añadió.
Europa espera un punto de inflexión, aunque todos se dan cuenta que no hay un retorno a 2016, señaló.
“Estoy muy preocupada por cómo esto afectará nuestro liderazgo y voz en el extranjero”, dijo Linda Thomas-Greenfield, exdiplomática de carrera, la afroamericana de más alto rango en el servicio exterior al retirarse en 2017.
Las personas buscan liderazgo en Estados Unidos y apoyo. Les preocupa que estemos perdiendo terreno, precisó.
Algunos diplomáticos estadounidenses de alto rango intentan defender desde lejos los valores de su país, incluso cuando condenan el asesinato de Floyd y luchan por lidiar con la realidad de la injusticia racial.
“Como afroamericano, desde que tengo memoria, he sabido que mis derechos y mi cuerpo no eran completamente míos. También siempre he sabido que Estados Unidos ha aspirado a ser mejor, una ciudad brillante en una colina, y es por eso que he dedicado mi vida a su servicio”, escribió Brian Nichols, embajador en Zimbabwe.
Nichols refleja de algún modo cómo los diplomáticos se ven obligados a abordar conflictos internos en medio de un coro de protestas por injusticias raciales sistémicas y violencia policial en Norteamérica.
“En una larga e ininterrumpida línea de hombres y mujeres negros, George Floyd dio la última medida de devoción para señalarnos un nuevo nacimiento en libertad”, escribió.
Thomas-Greenfield explicó lo extraordinariamente difícil para los embajadores referirse a lo que está sucediendo en el contexto de los derechos humanos y la justicia en el país norteño.
La última serie de violencia y protestas policiales son una pieza de un rompecabezas más grande, dijo.
“Creo que nuestra cara en el mundo comenzó antes a disminuir ante la falta de liderazgo y ahora se añade otra razón para que haya más cuestionamiento”, puntualizó.