Libro de John Bolton alerta sobre etapa post Trump
Otra semana y otra serie de crisis en la agotadora presidencia de Donald Trump que al igual que un huracán en tierra firme, parece estar perdiendo fuerza a medida que gira y gira por terrenos desfavorables.
El poder de Trump tanto en el país como en el extranjero se basa más en los temores por las consecuencias de oponerse a él que en concordar con sus objetivos o admirar sus métodos, considera The Wall Street Journal.
Su posición política debilitada se ha traducido en una autoridad diplomática disminuida, estima el diario.
La más reciente explosión de la política exterior de Trump sobreviene con la publicación de “La habitación donde sucedió”, las memorias de John Bolton como asesor de seguridad nacional.
El libro recuerda cuán caótico y controvertido ha sido el mandato de Trump, pero también señala cambios en la política global que darán forma a las futuras presidencias estadounidenses.
Lo dibujado por Bolton presenta al magnate inmobiliario como una figura poco convencional, indisciplinado, no diplomático, impulsivo, ignorante, de carácter fuerte, centrado en intereses personales y políticos, convencido de su genio intuitivo, transaccional y sin escrúpulos.
Ni neoconservador ni liberal internacionalista, es tan cínico como cualquiera de los déspotas extranjeros con quienes trata.
Si se apartan los ojos del espectáculo extraordinario detallado por Bolton, se notan sugerencias de cómo los sucesores de Trump podrían relacionarse con dirigentes de otros países.
En un mundo competitivo en geopolítica, los líderes extranjeros buscan integrar la política y la economía en su búsqueda de influencia, y la diplomacia estadounidense será la encargada de responder, propone el exasesor de seguridad.
Durante la Guerra Fría, los dirigentes corruptos, los dictadores y los violadores de los derechos humanos de todo el mundo podían contar con el apoyo estadounidense o, al menos, con la tolerancia si seguían los dictámenes de la política antisoviética de Estados Unidos.
Y ahora cuanto mayor sea la competencia actual con China, más compromisos morales y políticos tendrán que hacer los presidentes estadounidenses.
Pero esos compromisos serán mucho más difíciles.
Durante la Guerra Fría, el mundo estaba menos integrado que hoy y tanto el mundo comunista como los llamados países en desarrollo eran, con la excepción de unos pocos, todos pobres.
Hoy, las políticas económicas y estratégicas deben ser más integradas, y la distinción entre política exterior e interna continúa erosionándose.
Y no es solo que los países promuevan los intereses de sus grandes empresas, o que las tecnologías industriales como 5G tengan importancia estratégica y económica.
La llamada presidencia imperial, desarrollada en la década de 1960 como las necesidades de compromiso global de la Guerra Fría, concentraron el poder de toma de decisiones en la Oficina Oval.
Pese al enfoque errático de Trump que ilustra los peligros del poder ejecutivo, la novedosa forma de la política mundial está conspirando para hacer que la presidencia de Estados Unidos sea aún más poderosa, alerta Bolton, según The Wall Street Journal.