La capacidad militar de Hizbullah es un logro del general Qasem Suleimani
En entrevista al sitio web libanés Al-Ahed, Qauq –al rememorar la victoria del 2006– enfatizó que el mártir iraní reforzó la capacidad militar del Eje de la Resistencia y comandó las victorias que cambiaron las ecuaciones en la región de Medio Oriente.
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Cheikh Nabil Qauq, jefe adjunto del Consejo Ejecutivo de Hizbullah.
“Misiles precisos que establecieron nuevas ecuaciones en el conflicto con el enemigo y apuntaron por primera vez desde 1948 las profundidades del régimen sionista y condujeron al asedio de este régimen usurpador, son un logro estratégico alcanzado gracias al general Qasem Suleimani”, destacó el cheikh Nabil Qauq, jefe adjunto del Consejo Ejecutivo de Hizbullah.
En entrevista al sitio web libanés Al-Ahed, Qauq –al rememorar la victoria del 2006– enfatizó que el mártir iraní reforzó la capacidad militar del Eje de la Resistencia y comandó las victorias que cambiaron las ecuaciones en la región de Medio Oriente.
Afirmó que el nombre del general Suleimani emana dignidad y orgullo y fue una pesadilla para los enemigos como símbolo de la resistencia.
Qauq señaló que hoy en día la Resistencia se encuentra en el apogeo del poder, la capacidad y la preparación militar, por lo que el enemigo nunca podrá subestimar, ignorar o superar su poderío.
Destacó que “Suleimani siempre lideró las batallas, puso su vida en el corazón del peligro, y estaba listo para testificar cada hora y cada momento, puso toda su experiencia de combatiente al servicio de la Resistencia y aprovecho todas sus capacidades para defender a El Líbano y derrotar al enemigo".
"Una de las principales preocupaciones del general Suleimani durante la agresión era preservar la integridad del Secretario General de Hizbullah, Sayyed Hassan Nasrallah, y por eso se enfrentó a la muerte en varias ocasiones”, recordó.
Indicó que la Resistencia ya no es la misma de antes del 2006. Señaló que la conclusión más importante “es que nos dimos cuenta en la guerra de la necesidad de ser fuertes en un mundo donde los lobos son devastados por monstruos, nos dimos cuenta de que no debemos abandonar nuestras armas y renunciar como una traición a la nación, que debemos protegerla con nuestros dientes y uñas. Nos dimos cuenta de que la preparación permanente para enfrentar al enemigo debe lograrse".
En sus palabras a Al-Ahed, Qauq saludó con misericordia a los hombres que entregaron sus vidas para alcanzar la gran victoria y también a los que resultaron lesionados, cuyas heridas aún son testigos del heroísmo y la barbarie del enemigo. “Los hombres de la Resistencia que protegen a la patria constituyen el tesoro del orgullo y el equilibrio de la dignidad, son la gente más honorable y pura bendecida por el nuestro pueblo fiel y leal”, subrayó.
Catorce años después de la agresión de julio de 2006, para Qauq, el martirio de los líderes ha fortalecido el impulso de la resistencia, sus promesas, su resolución y ha perfeccionado su voluntad.
“Al principio, muchos líderes fueron martirizados, entre ellos chiekh Ragheb Harb y Abbas Moussawi. Pero la marcha de la resistencia no se rompió, no se debilitó ni se perdió, sino que creció y se expandió, se profundizó y se convirtió en una elección, y se arraigó en la conciencia del pueblo”, señaló Qauq.
Sobre esta base, aseveró, el martirio de los líderes nunca constituyó un retiro en términos de las capacidades, la preparación y la espiritualidad de la resistencia. “Ese espíritu que el enemigo admitió derrotado en julio todavía está presente, y hoy está ardiendo mucho más”, declaró.
“En el campo de batalla, el enemigo obtendrá grandes sorpresas que no están incluidas en sus cálculos. Y, si Dios quiere, escribirá nuestra mayor victoria”, señaló.
“No hay duda de que las guerras cavan profundamente en la conciencia humana. La imagen de sangre derramada injustamente y no se puede perder. La imagen de la destrucción practicada por el enemigo es inolvidable”, dijo.
“La guerra del 2006 fue la primera victoria de la nación en una confrontación directa cara a cara con el enemigo. “El triunfo de julio documentó oficialmente la historia y ante el mundo entero que (Israel) fue derrotado y evidenció que era más débil que una telaraña. Es la victoria histórica y divina de la que debemos estar orgullosos para siempre”, destacó.