Unos 800 mil libios precisan ayuda humanitaria urgente
La Comisión Nacional de Derechos Humanos de Libia (NCHRL) advirtió que 823 mil ciudadanos necesitan hoy ayuda humanitaria urgente en el país norafricano, el cual sufre secuelas de un largo conflicto y los azotes de la Covid-19.
Según The Libya Observer, la NCHRL elaboró un plan de emergencia humanitaria y sanidad, con el fin de asistir de manera prioritaria a grupos vulnerables en medio de la pandemia, en coordinación con otras instituciones y organismos.
El programa de auxilio y protección estará enfocado, principalmente, en los más necesitados: niños, mujeres, personas desplazadas, migrantes y solicitantes de asilo, añadió el portal digital.
La Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) alertó previamente que más de un millón de ciudadanos necesitarán asistencia en Libia el próximo año.
Los desafíos son grandes y los recursos escasos, subrayó la OCHA tras mencionar como causas de la crisis el fenómeno del desplazamiento asociado a la guerra interna, además de los embates de la Covid-19, de magnitud difícil de precisar, dijo.
Según esa dependencia de las Naciones Unidas, Al Jufra, Bengasi, Ajdabiya y Trípoli, son los lugares principales a donde deberá encauzarse el apoyo, debido a que albergan al mayor número de pobladores los cuales tuvieron que abandonar sus sitios de origen para alejarse de la confrontación, migrantes y refugiados.
Al referirse al enfrentamiento a la pandemia de Covid-19 comentó que es probable que aún no se conozca la verdadera escala de la grave enfermedad por la escasez de suministros para realizar las pruebas destinadas a detectar la infección, de instalaciones médicas adecuadas y fallas en el rastreo de contactos (de los contagiados), amplió The Libya Observer.
El plan de preparación y respuesta para la Covid-19 está aún pendiente de aprobación, puntualizó la OCHA que calcula serán necesarios al menos 189 millones de dólares a fin de brindar atención a principios de 2021 a 450 mil pobladores, menos de la mitad que requerirá respaldo humanitario en el transcurso del año. Los libios viven en un polvorín desde que el derrocamiento de su líder histórico, Muammar Gaddafi (2011) derivara en una controversial dualidad de poderes, enfrentamientos entre grupos rivales y la proliferación de mafias que trafican con migrantes irregulares, entre otros flagelos como la interferencia de actores secundarios.
El pasado 23 de octubre el Gobierno de Acuerdo Nacional –reconocido internacionalmente- y el Ejército Nacional Libio, comandando por el mariscal Khalifa Haftar y apoyado por el parlamento de Tobruk, firmaron un pacto de alto el fuego definitivo encaminado a terminar la contienda.