Biden y los intereses israelíes
Los funcionarios del gobierno estadounidense presidido por Joe Biden aseguran que sería largo y complicado el proceso de restauración del acuerdo nuclear con Irán, del que el su antecesor Donald Trump ordenó apartarse en un intento fallido de obligar a la república islámica a capitular o colapsar, estima The Washington Post.
-
Biden y los intereses israelíes
Y esa situación, agrega, se agrava con el reciente sabotaje de "Israel" contra instalaciones nucleares iraníes, pero también dirigido a dificultar la diplomacia estadounidense.
Un apagón el domingo 11 de abril en la planta iraní de Natanz para enriquecer uranio, causado por una explosión, justo cuando los técnicos locales estaban poniendo en funcionamiento modernas y más avanzadas centrifugadoras.
No estaba claro cuánto daño hubo y, aunque el New York Times citó fuentes de inteligencia diciendo que las operaciones en la usina podrían retrasarse nueve meses, un funcionario iraní aseguró que la planta no se ha detenido y avanza vigorosamente como lo refleja una reciente información que da cuenta del comienzo de enriquecimiento de uranio en esa central atomoeléctrica a una pureza de 60 por ciento.
La agencia israelí de inteligencia Mossad se atribuyó el ataque, mientras que funcionarios estadounidenses aclararon que Washington no estuvo involucrado.
Esas inusuales afirmaciones norteamericanas se registraron casi al unísono de la visita a "Israel" del secretario norteamericano de Defensa, Lloyd Austin, quien se reunió con el primer ministro Benjamin Netanyahu.
Netanyahu se opone a cualquier regreso de Estados Unidos al Plan Integral de Acción Conjunta (PIAC) o acuerdo nuclear sellado en 2015 entre Irán y el grupo 5+1 (Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Rusia y China más Alemania) y se podría considerar que las recientes acciones israelíes apuntan a hacerlo más difícil.
El mismo día en que comenzaron las conversaciones multilaterales sobre un acuerdo en Viena, Austria, en un intento por salvar el PIAC, otro ataque israelí golpeó un barco iraní en el mar Rojo.
Es posible que esa guerra de baja intensidad (Irán también ha apuntado a barcos israelíes) le dé alguna influencia al gobierno de Biden en las negociaciones, en las que busca revertir el enriquecimiento intensificado y otras actividades nucleares que lanzó Teherán en respuesta a Trump.
Para el régimen de Tel Aviv, el conflicto permanente con Irán es un hecho, no es concebible una distensión y los ataques militares que retrasan el programa nuclear durante unos meses son lo mejor que se puede esperar.
Estados Unidos, por el contrario, logró llegar a un acuerdo con Teherán que eliminó efectivamente la amenaza de que produciría armas nucleares durante al menos una década.
Si el gobierno de Biden puede restaurar el acuerdo, será más libre para retirar los activos militares de Medio Oriente y centrarse en el creciente desafío de China, opina The Washington Post.
La iniciativa de Estados Unidos parecía estar progresando y todas las partes calificaron de constructivas las conversaciones en Viena que incluyen a los gobiernos europeos, así como a Rusia y China.
Irán ofreció un gesto de buena voluntad al liberar un barco surcoreano que mantuvo retenido.
El régimen del líder supermo iraní, Ali Khamenei, tiene mucho que ganar con un acuerdo, incluidos 30.000 millones de dólares en activos congelados y un acceso renovado a los mercados petroleros mundiales.
Pero hacia lo interno hay complicaciones, en tanto que el gobierno relativamente moderado que negoció el acuerdo de 2015 pronto dejará el cargo, y las elecciones de junio podrían empoderar a más líderes de línea dura.
Biden, que ya se enfrenta a la oposición bipartidista en el Congreso a un regreso del acuerdo con Irán, no tiene mucho espacio para presionar a Netanyahu para que se modere, aunque debería intentarlo.
Mientras tanto, debe persistir con su estrategia diplomática y esperar que el régimen iraní elija hacer una distinción entre "Israel" y Estados Unidos, recomienda el Post.