Arabia Saudita ejecuta a ciudadano chiita por presuntos vínculos con una célula terrorista
La Agencia de Prensa Saudita (SPA), informó que el hombre, identificado como Muslim bin Muhammad Al-Muhsin, del barrio de Al-Awamia, fue acusado también de participar en el asesinato de un ciudadano y de poseer y fabricar un coctel molotov para atacar al personal de seguridad.
Las autoridades sauditas ejecutaron a un ciudadano de la región de Qatif, en la provincia oriental del reino, rica en petróleo y poblada por chiitas, por presuntos vínculos con una célula terrorista.
La Agencia de Prensa Saudita (SPA), citando al Ministerio del Interior, informó que el hombre, identificado como Muslim bin Muhammad Al-Muhsin, del barrio de Al-Awamia, fue acusado también de participar en el asesinato de un ciudadano y de poseer y fabricar una bomba molotov para atacar al personal de seguridad.
SPA añadió que la célula terrorista había tratado de desestabilizar la seguridad interna del país. También dijo que la ejecución se llevó a cabo como castigo para Al-Muhsin en la provincia oriental de Dammam. "El reino no dejará de disuadir a nadie que busque dañar su seguridad y estabilidad, a sus ciudadanos y residentes", apuntó la agencia.
Las autoridades de seguridad sauditas afirmaron que habían detenido a Al-Muhsin después que las investigaciones demostraran que estaba implicado en los crímenes.
La sentencia de ejecución fue confirmada por el Tribunal Especializado de Apelación del país y por el Tribunal Supremo. Sin embargo, se emitió una orden real para ejecutar la sentencia.
El Ministerio del Interior alegó que el ciudadano había "contrabandeado armas hacia y desde el reino y formaba parte de una célula terrorista que pretende desestabilizar la seguridad del país".
En Arabia Saudita, el príncipe heredero Mohammed bin Salman ha estado dirigiendo una campaña de represión contra los defensores de la democracia. En septiembre, las autoridades ejecutaron a un joven de Qatif por acusaciones falsas de actividades terroristas.
El reino ha intensificado las detenciones por motivos políticos, la persecución y la condena de escritores disidentes pacíficos y defensores de los derechos humanos, en particular en la provincia oriental, que ha sido escenario de manifestaciones pacíficas desde febrero de 2011.
Los manifestantes han exigido reformas, libertad de expresión, la liberación de los presos políticos y el fin de la discriminación económica y religiosa contra la región rica en petróleo.