Crisis de combustible en Reino Unido, legado del Brexit
El gobierno británico está tratando de fingir que los problemas actuales no están relacionados con la salida del pacto e insiste en negarlos a pesar de su claridad.
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Crisis de combustible en Reino Unido, legado del Brexit
Solo el cuatro por ciento de los británicos cree, según una nueva encuesta de opinión, que el proceso de secesión entre Reino Unido y la Unión Europea, o el llamado Brexit, fue bien, mientras que el 96 por ciento restante cree lo contrario. La reciente crisis de combustible es la mayor prueba de ello. Una de las repercusiones obvias del divorcio entre Londres y Bruselas, según el periódico The Independent.
El gobierno británico está tratando de fingir que los problemas actuales no están relacionados con el Brexit, e insiste en negarlo a pesar de su claridad, alegando que la falta de combustible y otros materiales es un síntoma del proceso de transición a una economía diferente.
La respuesta a las presiones derivadas de la crisis y sus principales causas de falta de conductores parece muy lenta, y no fue hasta después de grandes problemas y muchas demandas que Londres decidió otorgar visas temporales a unos cinco mil extranjeros para trabajar, a pesar de la necesidad del país de cien mil conductores.
The Independent dijo que cuando los británicos votaron a favor del Brexit, no lo hicieron para que no pudieran comprar gasolina, sino que pretendían cambiar y acabar con el modelo económico destrozado que dependía de mano de obra barata, habilidades y baja productividad, pero su objetivo se ha vuelto lejano, señalando que la crisis es producto directo del trato que el primer ministro hizo el británico Boris Johnson con la Unión Europea, que nada tiene que ver con las promesas hechas en 2016, para la etirada de la Unión Europea.
El periódico explicó que después del Brexit, las empresas de transporte se han negado a incluir a Gran Bretaña en sus líneas porque quieren evitar los papeles oficiales requeridos y, por supuesto, la pandemia tuvo un papel importante.
La crisis del combustible arrojó luz sobre las repercusiones de la escasez de mano de obra europea y el consiguiente cierre de estaciones de servicio, el cese de las tiendas minoristas y muchos puntos de venta del trabajo, así como el grado de dependencia de Bruselas.
Mientras Johnson intenta contener las consecuencias de esta crisis en su vida política en medio de voces de crítica, las colas de autos frente a las estaciones de servicio no desaparecerán fácilmente, como tampoco las que precedieron las de camiones entre Gran Bretaña y la Unión Europea, días antes de la finalización del acuerdo Brexit ni las de migrantes en la frontera con Francia.