Un futuro habitable es posible, asegura Noam Chomsky
“Cuanto más esperemos, más traicionaremos a nuestros hijos y nietos. Esas son las opciones", dijo Noam Chomsky en entrevista concedida a The Nation.
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Un futuro habitable es posible.
La cumbre mundial de la ONU COP26 que inicia este domingo y va hasta mediados del mes de noviembre en Glasgow, Escocia, se considera un punto de inflexión fundamental en la lucha contra el calentamiento global, una de las mayores amenazas a las que se ha enfrentado la humanidad.
Sobre este tema el politólogo estadounidense, Noam Chomsky, una de las voces más contundentes y persuasivas que enfrenta la injusticia, la inequidad y la amenaza que representa el caos climático causado por el hombre para la civilización y la Tierra, conversó con The Nation sobre las raíces de la terrible situación actual y las perspectivas de la humanidad para salir de esta crisis hacia un futuro habitable.
Relata Chomsky que los iniciadores del Acuerdo de París pretendían tener un tratado vinculante, no acuerdos voluntarios, pero había un impedimento: el Partido Republicano. "Estaba claro que el Partido Republicano nunca aceptaría ningún compromiso vinculante. La organización republicana, que ha perdido toda pretensión de ser un partido político normal, se dedica casi exclusivamente al bienestar de los superricos y del sector empresarial, y no le importa absolutamente nada la población o el futuro del mundo".
Señaló que se han perdido seis años, cuatro bajo la administración Trump, que se dedicó abiertamente a maximizar el uso de combustibles fósiles y desmantelar el aparato regulador que, hasta cierto punto, había limitado sus efectos letales.
Indica el profesor que hasta cierto punto, estas regulaciones protegieron a sectores de la población de la contaminación, principalmente a los pobres y las personas de color. "Pero son ellos los que, por supuesto, se enfrentan a la principal carga de la contaminación. Son los pobres del mundo que viven en lo que Trump llamó “países de mierda” los que más sufren; son las que menos han contribuido al desastre y las que más sufren".
Mientras Chomsky escribe en su nuevo libro, El camino hacia un futuro habitable, señala que hay formas de tener políticas responsables, cuerdas y racialmente justas. "Depende de todos nosotros exigirlos, algo que los jóvenes de todo el mundo ya están haciendo", dijo.
Otros países tienen sus propias cosas por las que responder, pero Estados Unidos tiene uno de los peores récords del mundo. Estados Unidos bloqueó el Acuerdo de París antes de que Trump finalmente asumiera el cargo. Pero fue bajo las instrucciones de Trump que Estados Unidos se retiró del acuerdo por completo.
Al referirse al informe del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) que acaba de aparecer, Chomsky dijo que fue mucho más terrible que los anteriores.
Detalla que el texto indicó: "Debemos eliminar los combustibles fósiles paso a paso, todos los años, y librarnos de ellos por completo en unas pocas décadas". Pero unos días después de la publicación del informe, Joe Biden hizo un llamamiento al cartel petrolero de la OPEP para aumentar la producción, lo que reduciría los precios de la gasolina en Estados Unidos y mejoraría su posición con la población.
Sin embargo, hasta ahora, apunta Chomsky, las promesas de las naciones ricas de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero han sido demasiado débiles para frenar el aumento de la temperatura. Mientras tanto, los planes climáticos de la administración Biden están en juego. Si el Congreso no aprueba el proyecto de ley de reconciliación, es posible que la próxima oportunidad para que Estados Unidos tome medidas climáticas efectivas no surja hasta que sea demasiado tarde.
El académico estadounidense llamó a afrontar algunas realidades. "Me gustaría ver un movimiento hacia una sociedad más libre y justa: producción por necesidad en lugar de producción con fines de lucro, gente trabajadora capaz de controlar sus propias vidas en lugar de subordinarse a los amos durante casi toda su vida de vigilia. El tiempo necesario para tener éxito en tales esfuerzos es simplemente demasiado grande para abordar esta crisis. Eso significa que debemos resolver esto dentro del marco de las instituciones existentes, que pueden mejorarse".
Destacó que un futuro habitable es posible. "No tenemos que vivir en un sistema en el que se han cambiado las reglas fiscales para que los multimillonarios paguen tarifas más bajas que los trabajadores. No tenemos que vivir en una forma de capitalismo de estado en el que al 90 por ciento más bajo de los que perciben ingresos se les ha robado aproximadamente 50 billones de dólares, en beneficio de una fracción del 1 por ciento. Esa es la estimación de RAND Corporation, una subestimación seria si miramos otros dispositivos que se han utilizado. Hay formas de reformar el sistema existente básicamente dentro del mismo marco institucional. Creo que deberían cambiar, pero tendría que ser en una escala de tiempo más larga".
¿Podemos prevenir la catástrofe climática en el marco de instituciones capitalistas estatales menos salvajes?, se preguntó el profersor estadounidense, y respondió:
"Creo que hay una razón para creer que podemos. Hay propuestas muy cuidadosas y detalladas sobre cómo hacerlo..., todo está dentro del rango de factibilidad. Según algunas personalidades sus estimaciones de costos del 2 al 3 por ciento del PIB, con esfuerzos factibles, no solo abordarían la crisis, sino que crearían un futuro más habitable, sin contaminación, sin atascos de tráfico y con trabajo más constructivo y productivo, mejores empleos. Todo esto es posible.
"Pero existen serias barreras: las industrias de combustibles fósiles, los bancos, las otras instituciones importantes, que están diseñadas para maximizar las ganancias y no preocuparse por nada más. Después de todo, ese fue el lema anunciado del período neoliberal: el pronunciamiento del gurú económico Milton Friedman de que las corporaciones no tienen ninguna responsabilidad ante el público o la fuerza laboral, que su responsabilidad total es maximizar las ganancias para unos pocos".
Y añadió: "El último informe del IPCC pide el fin de los combustibles fósiles. La esperanza es que podamos evitar lo peor y alcanzar una economía sostenible en un par de décadas. Si no lo hacemos, alcanzaremos puntos de inflexión irreversibles y las personas más vulnerables, las menos responsables de la crisis, sufrirán primero y más gravemente las consecuencias. Las personas que viven en las llanuras de Bangladesh, por ejemplo, donde los ciclones poderosos causan daños extraordinarios. Personas que viven en la India, donde la temperatura puede superar los 120 grados Fahrenheit en verano. Muchos pueden presenciar partes del mundo que se vuelven inhabitable".
También comentó existen informes recientes de geocientíficos israelíes que condenan a su gobierno por no tener en cuenta el efecto de las políticas que están siguiendo, incluido el desarrollo de nuevos campos de gas en el Mediterráneo. "Desarrollaron un análisis que indicó que, dentro de un par de décadas, durante el verano, el Mediterráneo alcanzaría el calor de un jacuzzi y las llanuras bajas se inundarían. La gente seguiría viviendo en Jerusalén y Ramallah, pero las inundaciones afectarían a gran parte de la población. ¿Por qué no cambiar de rumbo para evitar esto?".
No tenemos derecho a apostar por la vida de las personas en el sur de Asia, en África o en las comunidades vulnerables de los Estados Unidos.
¿Dónde ve una esperanza?, preguntó The Nation.
"En septiembre, señaló Chosmky, hubo una huelga climática internacional; cientos de miles de jóvenes salieron a reclamar el fin de la destrucción del medio ambiente. Greta Thunberg se puso de pie recientemente en la reunión de Davos de los grandes y poderosos y les dio una charla sobria sobre lo que están haciendo. "¿Cómo te atreves?", dijo, "me has robado mis sueños y mi infancia con tus palabras vacías". Nos has traicionado. Esas son palabras que deberían grabarse en la conciencia de todos, en particular de las personas de mi generación que los han traicionado y siguen traicionando a la juventud del mundo y a los países del mundo".
Y concluyó. "Ahora tenemos una lucha. Se puede ganar, pero cuanto más se demore, más difícil será. Si hubiéramos llegado a un acuerdo con esto hace diez años, el costo habría sido mucho menor. Si Estados Unidos no hubiera sido el único país que rechazó el Protocolo de Kioto, habría sido mucho más fácil. Bueno, cuanto más esperemos, más traicionaremos a nuestros hijos y nietos. Esas son las opciones. No tengo muchos años; otros lo hacen. Existe la posibilidad de un futuro justo y sostenible, y hay muchas cosas que podemos hacer para llegar allí antes de que sea demasiado tarde".