Estados Unidos desesperado por éxitos en política exterior
Norteamérica necesita de éxitos en política exterior después de su debacle en Afganistán, que convirtió a ese país en el hazmerreír universal, indicó un análisis del sitio digital Indian Punchline al señalar que el presidente Joe Biden necesita que su secretario de Estado, Antony Blinken, “produzca historias de éxito” en ese campo.
Norteamérica necesita de éxitos en política exterior después de su debacle en Afganistán, que convirtió a ese país en el hazmerreír universal, indicó un análisis del sitio digital Indian Punchline al señalar que el presidente Joe Biden necesita que su secretario de Estado, Antony Blinken, “produzca historias de éxito” en ese campo.
Al subrayar en los apremios de Washington la publicación puntualizó que la OTAN está seriamente desorientada y Rusia está al acecho en el corazón de Europa con gas natural para vender. Los iraníes aún no han dado una fecha para la reanudación de las conversaciones sobre el regreso de Estados Unidos al JCPOA.
En cuanto a China, cuanto menos se diga, mejor. El presidente del Estado Mayor Conjunto, el general Milley, intuye un "momento Sputnik". Los buques de guerra rusos y chinos ejercen la "libertad de navegación" en los mares prohibidos de la costa oriental de Japón, repleta de instalaciones militares de alto secreto.
La lista sigue y sigue, agregó, y el corte más cruel de todos es que los regímenes clientes tradicionales de Asia Occidental también se están afirmando. Buscan diversificar sus relaciones y proyectar su poder a través de alianzas más amplias. Y cuanto más miran hacia el este, más se relacionan con China.
Blinken debe preocuparse. Los chinos son chinos, después de todo. Tras la negativa de Estados Unidos a vender aviones no tripulados armados a los Estados del Golfo, China llegó a un acuerdo para instalar una fábrica de aviones no tripulados -la primera del Golfo- en la Ciudad Rey Abdulaziz de Ciencia y Tecnología de Arabia Saudita, argumento.
Puntualizó Indian Punchline que las cosas llegaron a tal punto que la Administración Biden está agonizando porque la venta de aviones de combate furtivos F-35 a los EAU corre el riesgo de que China acceda a parte de la última tecnología militar estadounidense. El FT tituló un incisivo análisis de la situación como "Más de China, menos de Estados Unidos".
Tanto Arabia Saudita como los EAU, los pesos pesados de la región, han dado pasos formales para profundizar en sus relaciones con China en los últimos años, precisó la valoración.
Aseguró la publicación digital que el Pentágono también se está poniendo frenético, incluso altos militares reconocen que la competencia contra Rusia y China no solo se produce en el Pacífico occidental o en el Báltico, sino también en lugares como Oriente Medio, donde se están expandiendo y entrando.
Sobre los retos del secretario de Estado precisa que este se formó como ayudante en la redacción de memorandos para senadores en el Congreso. Pero todo eso no tiene relevancia en Oriente Medio, con una cultura política impregnada de intrigas, argucias y realismo cínico. En el lugar de Blinken, Jared Kushner habría encontrado una mejor manera de comunicarse con el poderoso príncipe heredero saudita Mohammed Bin Salman.
Blinken debe ser un admirador secreto de Kushner para robarle tan tímidamente la joya de la corona del príncipe errante en la Casa Blanca de Trump: los Acuerdos de Abraham. Blinken simplemente retomó los hilos donde los dejó Kushner y se esforzó por hacer algo mejor con los Acuerdos de Abraham, aseveró. Posiblemente, puntualizó, los israelíes aconsejaron a Blinken, dado su propio y creciente malestar por el inminente auge de Irán con el levantamiento de las sanciones y el repliegue de EE.UU. que alteró el equilibrio regional.
Hay que reconocer el mérito de la ingeniosidad iraní para averiguar que los Acuerdos de Abraham acabarían perjudicando a los EAU. Los analistas iraníes vieron ventajas en la medida en que el tórrido asunto entre los emiratíes y los israelíes, que llevaba años produciéndose, estaba por fin a la vista de todos, y su pura incongruencia empezaría a preocupar a los jeques hasta que su legitimidad se estableciera a nivel regional, planteó.
Ahora bien, destacó, ¿qué mejor manera de legitimar los Acuerdos de Abraham que involucrando a India en ellos? La idea de celebrar una reunión virtual de los ministros de Asuntos Exteriores de EE.UU., "Israel", EAU e India el 18 de octubre fue un golpe maestro. El proyecto fue aclamado como "Acuerdos Indo-Abraham" por los grupos de presión estadounidenses.
Sin embargo, el Acuerdo Indo-Abrahámico expone una mentalidad de bloque, una mentalidad arcaica de la Guerra Fría. Blinken está acostumbrado a ello. Pero los Estados regionales han dejado atrás la Guerra Fría.
Subrayó Indian Punchline que los Acuerdos de Abraham no tienen futuro. ¿Por qué difamar al patriarca común de las grandes religiones abrahámicas dando su nombre a un acuerdo fáustico? Probablemente Kushner tuvo la suerte de salir de escena en el momento oportuno.
Blinken pierde el tiempo creando cábalas en Oriente Medio. Es una estrategia irremediablemente desacreditada mantener de alguna manera a Estados Unidos incrustado en Asia Occidental cuando su diplomacia está perdiendo claramente tracción.
Pero parece que Blinken no era consciente de que los Acuerdos de Abraham se asentaban sobre bases débiles y que imponer una superestructura india sobre ellos sería una auténtica locura.