Estados Unidos hace malabares por garantizar suministros de petróleo
El gobierno del presidente Joe Biden hace malabares en política exterior para garantizar el suministro de petróleo a la luz de la crisis en Ucrania y pone su mirada en un acuerdo con Irán, estimo el sitio digital Indian Punchline.
En ese sentido, un informe suscrito por M. K. Bhadrakumar precisó que Washington considera la posibilidad de sacar al Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán [IRGC] de su lista negra unilateral de terroristas, a cambio de un "compromiso público de Teherán para la desescalada en la región".
Bhadrakumar, exembajador de la India, cita a funcionarios israelíes y fuentes estadounidenses, que consideran es improbable que Teherán asuma ese "compromiso público". Pero, ¿un "compromiso privado"? Bueno, eso puede ser posible. De hecho, un informe de Axios reconoce que "la designación del IRGC no está directamente relacionada con el acuerdo nuclear, y cualquier decisión tomaría la forma de un acuerdo bilateral separado entre Estados Unidos e Irán".
Sin duda, el levantamiento de las sanciones estadounidenses es incompatible con la prohibición del IRGC. La IRGC está profundamente incorporada a la economía y los negocios del país. Según algunas estimaciones, hasta el 60% de la economía iraní -incluyendo empresas estatales y privadas- está controlada por personas y entidades vinculadas al CGRI, sostiene el analista.
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Ejecutar un acuerdo nuclear en Viena excluyendo a las élites del CGRI de recoger sus frutos más preciados es sencillamente poco realista. Podría decirse que ni siquiera los estadounidenses querrían que eso ocurriera, argumentó Bhadrakumar.
Sin embargo, precisó, es totalmente concebible que ellos también estén deseando hacer negocios con los altos mandos del CGRI. Después de todo, es mejor hacer negocios con los que más importan en Teherán.
Por lo tanto, indicó el análisis, la administración Biden concederá la demanda de Irán de retirar la designación de la IRGC como organización terrorista. El quid de la cuestión, subrayó, es que Estados Unidos está desesperado por normalizar las relaciones con Irán, ya que también ve la posibilidad de erosionar los vínculos amistosos de Irán con Rusia. El objetivo inmediato de la administración Biden es liberar las reservas de petróleo de Irán. La cantidad de petróleo iraní que puede entrar en el mercado una vez que se levanten las sanciones se estima en más de dos millones de barriles al día.
Dicho esto, incluso un "entendimiento bilateral" entre Estados Unidos e Irán sobre las actividades del CGRI no es fácil de conseguir. El IRGC funciona directamente bajo la supervisión del Líder Supremo. Evidentemente, mientras que por parte de Estados Unidos se trata más bien de una formalidad que requiere una orden ejecutiva del Departamento de Estado para legitimar al CGRI, por parte de Irán existe un "ángulo operativo", a saber, el compromiso de poner fin a la expansión de Irán en la llamada Media Luna chiíta de Siria, Líbano e Iraq.
Eso implica desechar la "resistencia" de la Fuerza Quds y conformarse con una coexistencia pacífica con "Israel". ¿Parece sencillo?, acentuó el analista.
Sin duda, existe un creciente malestar entre los Estados regionales -y, posiblemente, incluso en Moscú- sobre la futura trayectoria de Irán. El gobierno de Raisi proclama ahora una "política exterior equilibrada", "ni con Occidente ni con Oriente". El encuadre del paradigma en esto sugiere que Teherán prevé que la comunidad mundial haga cola en el camino hacia Teherán.
La visita del presidente sirio Assad a los Emiratos Árabes Unidos, el viernes, da una idea de los reajustes. Assad espera crear más espacio para sí mismo reincorporándose a la familia árabe. Ahora bien, nunca ha sido un acólito de la "resistencia" y es muy consciente de que los EAU son el aliado regional más cercano de "Israel" en Asia Occidental.
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La conclusión es que Irán buscará sin duda la integración con el mundo industrial, lo que le ayudará a obtener lo mejor que el dinero puede comprar en tecnología o bienes y servicios. Pero Irán también alberga la ambición de no ser un socio menor de Occidente.
Será un acto de trapecio, subrayó. Por supuesto, puntualizó, Irán también tendrá dudas sobre las intenciones de Estados Unidos. En la actualidad, Washington necesita un acuerdo con Irán que dependa de su capacidad para bombear más petróleo. Pero las intenciones de EE.UU. aún no han sido exorcizadas. Y los crímenes que ha cometido contra la nación iraní tampoco son un secreto.
Sobre todo, remarcó Bhadrakumar, nunca hay coherencia en las políticas de Estados Unidos. Sus propios intereses son lo primero y lo último. Irán no tiene que mirar muy lejos para ver en la vecina región del Golfo los restos de las alianzas árabes desechadas por Estados Unidos una vez que su propósito fue cumplido, puntualizó.