Testigo presencial en Ucrania desmiente campaña contra Rusia
Sonja Van den Ende, periodista independiente de los Países Bajos, desmiente las grandes manipulaciones y mentiras sobre las tropas rusas en un reportaje que publicó la revista Covert Action.
Los medios de comunicación estadounidenses condenan la guerra en Ucrania; sin embargo, Sonja Van den Ende, una periodista independiente de los Países Bajos que cubrió diferentes escenarios bélicos en Siria y Oriente Medio, entre otros, desmiente en el terreno las grandes manipulaciones y mentiras sobre las tropas rusas en un reportaje que publicó la revista Covert Action.
Van den Ende señala que los rusos fueron recibidos como libertadores en la ciudad ucraniana meridional de Henichesk, junto al mar de Azov, y así en varios escenarios visitados.
La reportera corrobora la publicación de Patrick Lancaster, un veterano de la Marina estadounidense que habla ruso y cuyos reportajes sobre la guerra en Donbás durante ocho años son respetados por los periodistas de investigación.
La semana pasada estuve integrada en el ejército ruso y visité dos ciudades en el sureste de Ucrania. La primera se llama Henichesk, una ciudad portuaria a lo largo del Mar de Azov, en el oblast (provincia) de Kherson, en el sur de Ucrania, en la frontera con Crimea, aseveró.
Las tropas rusas que patrullaban la ciudad, acompañaron a los periodistas para protegernos. Pero en realidad, no era necesario; los habitantes de Henichesk, al menos la mayoría con los que hablé, estaban muy contentos de que el ejército de Moscú estuviera allí, relató.
Todas las personas con las que dialogué dijeron lo mismo: se sentían protegidas de las bandas criminales, con su ideología nazi, que asolaban las ciudades. A su vez, esperaban que Ucrania volviera a prosperar, explicó.
Desde el golpe de Estado de 2014, la economía ucraniana se volvió muy mala, según muchos ciudadanos de Henichesk. En el mercado, los alimentos escaseaban. El ejército ruso está prestando ayuda humanitaria, es lo que hace en todos los pueblos y ciudades liberados de estas bandas criminales. Así los llaman muchos, remarcó.
Numerosos habitantes de Henichesk dijeron que, cuando los rusos entraron en su pueblo, lo dejaron todo intacto. Esto lo escuché decir muchas veces. Sin daños, sin muertos, sin heridos. La mayoría de la gente, manifiestan estar felices de que los rusos estuvieran allí.
La ciudad de Henichesk no sufrió daños tras la llegada del ejército ruso. La gente se apresuraba a salir a la calle para hacer sus compras o simplemente para hablar y socializar. La población era muy diversa. Incluía rusos, ucranianos y tártaros. Tienen iglesias y mezquitas, una opinión contraria a lo que dicen los medios corporativos occidentales.
Según los residentes, antes del golpe de Estado de 2014, la gente vivía en armonía. Muchos tártaros originarios de Crimea viven en Henichesk. Se les ha permitido volver a Crimea desde que Vladimir Putin se convirtió en presidente de Rusia.
La realidad frente a la ficción
La propaganda occidental afirma que el ejército ruso está asediando ciudades y que la población se está muriendo de hambre. Por lo que he observado, dijo Van den Ende, esto último no es cierto ni en Henichesk ni en la siguiente ciudad, Melitopol, que también visitó.
Los países occidentales están enviando armas, la mayoría de ellas antiguas armas soviéticas a Ucrania para disparar a los "malvados rusos", e imponiendo sanciones. No se está haciendo nada positivo para ayudar al sufrido pueblo de Ucrania, apuntó.
El régimen de Zelensky se presenta como un faro moral en Occidente, pero ha prohibido los partidos de la oposición y ha rechazado una solución negociada a la guerra que podría poner fin al sufrimiento de su pueblo.
Antes de la guerra, Zelensky no había logrado estimular mucho el desarrollo económico ni reducir la corrupción, en la que él mismo parece estar implicado, según las revelaciones de la investigación Papeles de Pandora, sin contar una mansión de precio millonario en una comarca italiana.
En los últimos años, notó, muchos ucranianos se fueron a Rusia. Crimea está cerca y allí reciben refugio y ayuda. Rusia no tiene campos de refugiados, pero les proporciona refugio, comida y atención médica.
Ucrania se deja desangrar por sí misma
Los países occidentales no tienen ningún interés en su economía ni en su población, porque los ucranianos tienen muchas similitudes con sus países "hermanos" -Rusia y Bielorrusia- y se alinearían naturalmente con ellos. Comparten la misma cultura, la misma lengua y la historia de haber sido invadidos por los nazis en la Segunda Guerra Mundial.
A Occidente sólo le interesan los beneficios para sus propias economías.
Muchos edificios y fábricas se dejan "pudrir" y el dinero para las infraestructuras nunca existió. Ucrania lleva "sangrando" desde 2014 y a nadie en Occidente le importó.
Ucrania es el granero de Europa y el mayor productor de aceite de girasol, mientras que Rusia es el mayor productor de fertilizantes necesarios para los cultivos. Sin embargo, con la guerra, la producción se verá afectada y toda la economía mundial puede sufrir.
Pero a los líderes de Occidente, que ayudaron a provocar la guerra, no les importa: para ellos, el pueblo ucraniano es un peón en un juego geopolítico mayor que causará un desastre potencial para toda la humanidad, subrayó la periodista.
Estas observaciones, indicó Van den Ende, se unen con otros relatos de testigos presenciales. El Proyecto Grayzone publicó recientemente un importante artículo que señala la desinformación sobre la destrucción del teatro de Mariúpol, mostrando cómo el Batallón Azov fue probablemente responsable de esa acción.