Japón retira la denominación de neonazi al Batallón Azov
Japón ha revocado la designación de terrorista del batallón Azov, que ha sido notorio por los crímenes que cometió en Ucrania contra civiles y soldados rusos.
La Agencia de Inteligencia de Seguridad Pública de Tokio (PSAI) eliminó el sábado la designación neonazi del batallón ucraniano de extrema derecha Azov del manual 2021 de Japón sobre terrorismo internacional.
"Recientemente, se han publicado casos de información errónea como si el PSAI reconociera al batallón Azov como una organización neonazi. Lamentamos que se haya producido esta situación", dijo la agencia japonesa, disculpándose por la designación de una organización neonazi como neonazi.
"La guía 2021 incluye datos recogidos de varias fuentes abiertas, incluyendo medios de comunicación extranjeros y japoneses, institutos de investigación y otros", señaló el comunicado. Añadió que los resultados no eran una evaluación independiente.
"Esto no significa que la agencia haya reconocido al batallón Azov como una organización neonazi", subrayó a pesar de que el propio logotipo del batallón lleva insignias nazis.
Para evitar la circulación de información incorrecta, la PSIA dijo que había decidido eliminar la descripción del manual.
Se dice que Azov ha estado detrás de muchos crímenes de guerra en Ucrania, desde el asesinato de civiles y el intento de echar la culpa a Moscú, hasta el asesinato de prisioneros de guerra de las fuerzas armadas rusas.
La cuenta de Twitter de la Guardia Nacional de Ucrania había publicado un vídeo en el que se jactaba de que los combatientes de Azov engrasaban sus balas con manteca de cerdo para utilizarlas contra los chechenos musulmanes del lado ruso.
La cancelación de la designación de terroristas se produjo después de que los servicios de inteligencia sugirieran que los militantes de Azov habían estado planeando ataques terroristas en Lvov contra diplomáticos occidentales para obligar a la OTAN a imponer una zona de exclusión aérea sobre Ucrania.
Los nacionalistas también se enfrentaron a las acusaciones de Moscú de retener a los rehenes en un hospital de maternidad en Mariúpol, lo que no sería el primer crimen cometido por el conocido grupo neonazi de extrema derecha, ya que abrieron fuego contra los civiles durante su evacuación de la ciudad, matando al menos a dos personas e hiriendo a otras cuatro.