Jefa de servicios secretos del gobierno español destituida por caso de espionaje
La directora del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Paz Esteban, fue cuestionada tras conocerse el espionaje a los teléfonos del presidente del gobierno Pedro Sánchez y numerosos independentistas catalanes.
La directora del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Paz Esteban, ha sido destituida por el Gobierno de España este martes después del escándalo de espionaje que ha protagonizado la institución durante las últimas semanas.
La salida de Esteban se produce después de que un informe del Centro Criptológico Nacional (CCN), dependiente del CNI, confirmara la brecha de seguridad que permitió que fuera espiado el móvil del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y los de al menos tres ministros de su Gabinete: los titulares de Defensa, Interior y Exteriores.
Además, el gobierno anunció que el celular del ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, también fue espiado con el programa israelí Pegasus, como los de Sánchez y la propia Robles, tras concluir el examen de los terminales de todos los miembros del Ejecutivo.
Se ignora aún quien espió al gobierno y, en cuanto a los independentistas catalanes, según trascendió tras una comisión parlamentaria, el CNI admitió haber vigilado a 18 dirigentes con orden judicial, incluido el presidente regional catalán Pere Aragonés cuando era vicepresidente, pero no a los 65 de los que habla este movimiento.
La secretaria de Estado de Defensa, Esperanza Casteleiro, sustituirá a Esteban al frente del CNI, anunció Robles.
"No es suficiente"
La destitución de Esteban no aplacó a los independentistas catalanes, e indignó a la oposición.
"No es suficiente", dijo a la prensa Patricia Plaja, portavoz del gobierno catalán, que reclamó en días pasados la dimisión de Robles.
Las explicaciones de Esteban el jueves ante una comisión parlamentaria no convencieron a los aliados parlamentarios del gobierno, la extrema izquierda y los independentistas catalanes y vascos.
El escándalo estalló antes, el 18 de abril, cuando la organización canadiense Citizen Lab identificó a más de 60 personas de la órbita separatista catalana cuyos teléfonos móviles habrían sido infectados entre 2017 y 2020 con el software de espionaje israelí Pegasus.