Irán condena fallo “ilegal y politizado” de una corte sueca contra su ciudadano
Teherán rechazó la decisión de una corte sueca que sentenció a cadena perpetua a un ciudadano iraní por supuestas acusaciones de violaciones de derechos humanos.
El Tribunal de Distrito de Estocolmo, Suecia, condenó este jueves a prisión perpetua a Hamid Nuri, un exfuncionario iraní, acusado de estar implicado en la “ejecución y tortura” de miembros del grupúsculo terrorista Muyahidín Jalq (MKO, por sus siglas en inglés) en 1988.
Los cargos contra Nuri se derivan de las acusaciones formuladas en su contra por miembros del MKO, las cuales han sido rechazadas categóricamente por la República Islámica.
El portavoz de la Cancillería iraní, Naser Kanani, tachó de “ilegal” y “politizado” el dictamen porque ha formulado “acusaciones infundadas y fabricadas contra la República Islámica de Irán y su sistema judicial”.
Denunció además que la justicia sueca está promoviendo el terrorismo, en lugar de rendir cuentas por haber autorizado la actividad del grupúsculo terrorista Muyahidín Jalq en su país y evadir su responsabilidad de llevar a cabo una lucha indiscriminada contra el terrorismo.
“Para la República Islámica de Irán resulta claro que el caso de Hamid Nuri fue solo una excusa para una acción política sin ninguna prueba real ni validez legal”, agregó.
Irán reprocha preocupaciones “poco sinceras” del Occidente hacia los derechos humanos en el país persa, a la hora de “ignorar los crímenes” de los terroristas de MKO.
El diplomático persa lamentó que “Suecia, contrariamente a la historia de buenas relaciones entre los dos países, se sumara a la máquina de propaganda antiraní de Muyahidín Jalq y haya puesto su sistema judicial al servicio de los objetivos criminales de esa célula terrorista”.
Reiteró además como “inaceptable e ilegal” el fallo y subrayado que el Tribunal de Distrito de Estocolmo carece de jurisdicción legal para enjuiciar a Nuri, por lo que el Gobierno sueco debe asumir toda responsabilidad de dañar las relaciones bilaterales con Irán.
Kanani censuró la detención “arbitraria” de Nuri por la policía sueca en 2019 en Estocolmo y señalado que su arresto fue parte de un “plan prediseñado y engañoso” por parte de los elementos de Muyahidín Jalq.
Durante los 30 meses que el recluso estuvo en régimen de aislamiento, “fue privado de los derechos humanos más básicos y sometido a maltratos sistemáticos”, incluidas torturas por parte de las autoridades penitenciarias. Durante ese periodo, agrega, el detenido tampoco tuvo acceso a un médico.
El comportamiento inhumano y las restricciones impuestas a Nuri durante su arresto constituyen “un claro ejemplo de violaciones de derechos humanos” por parte de un país que “se autoproclama defensor de derechos humanos”, añadió el diplomático.
Fuestigó también a la corte sueca por enjuiciar a Nuri “bajo fuerte presión psicológica impuesta por el grupo terrorista”, lo cual recurrió a falsos testigos y mentiras para lanzar acusaciones sin fundamento contra el detenido.
El tribunal ni siquiera permitió que Nuri presentara a sus testigos ante la corte y defender su derecho, mientras que dio “completamente el espacio al grupo terrorista”.
El Gobierno iraní ha exigido una y otra vez la inmediata liberación de su ciudadano, tras considerar una “farsa” y una violación del Derecho Internacional su arresto.