La inflación turca se acercó al 80 por ciento en julio
En Turquía resulta más difícil aflojar el control de la inflación porque el banco central se ha abstenido de subir su tasa de interés, en 14 por ciento, bajo la presión del presidente Recep Tayyip Erdogan.
La inflación se volvió a acelerar en Turquía y su pico podría estar a meses de distancia, mientras el Banco Central continúa con su política monetaria ultra laxa. La cifra se elevó a casi el 80 por ciento anual en julio y se ubica en niveles no visto tras la crisis financiera asiática en 1997.
La tendencia ya había llevado a los funcionarios a cambiar sus estimaciones varias veces este año. Los esfuerzos para apuntalar la lira no están teniendo éxito en un momento en que la operación rusa en Ucrania impulsa los costos de todo, desde los alimentos hasta la energía.
En concreto la inflación fue del 79,6 por ciento, en comparación con el 78,6 por ciento de junio. La subida se ubicó ligeramente por debajo de las expectativas de una encuenta de Bloomberg. Los precios en Estambul, no obstante, aumentaron más del 99 por ciento anual el mes pasado.
En un mundo que lidia con la inflación más rápida de las últimas décadas a nivel generalizado, Turquía es un caso atípico: se sitúa solo por detrás de un puñado de países como Zimbabwe, Venezuela y Líbano, donde el ritmo de aumento de los precios ha superado ya los tres dígitos.
En Turquía resulta más difícil aflojar el control de la inflación porque el Banco Central se abstiene de subir su tasa de interés, en 14 por ciento, bajo la presión del presidente Recep Tayyip Erdogan.