Brasil desde este jueves en silencio electoral
Las encuestas siguen augurando una victoria en primera vuelta para el candidato del Partido de los Trabajadores, Lula da Silva, mientras el actual presidente se ve acorralado y lanza duras críticas al sistema electoral brasileño.
Brasil entró este jueves en silencio electoral con vistas a la campaña presidencial del próximo domingo 2 de octubre. A partir de esta jornada está prohibida la difusión de propaganda política en reuniones o mítines públicos y la realización de debates entre candidatos en medios locales.
Aunque hay 11 aspirantes en liza, los brasileños tendrán que decidir entre los principales candidatos, Jair Bolsonaro y Luiz Inácio Lula da Silva aunque, según las encuestas, la victoria podría definirse ya en la primera vuelta para el exmandatario.
"Precisamos conversar con las personas que están indecisas o que piensan no ir a votar", dijo Lula este domingo durante un acto de cierre de campaña ante miles de seguidores en la escuela de samba Portela, en Rio de Janeiro.
Según el último sondeo de la encuestadora Datafolha, Lula reúne 47 por ciento de las intenciones de voto, frente a 33 por ciento de Bolsonaro. El presidente del Partido de los Trabajadores, podría vencer en primera vuelta si consigue más del 50 por ciento de los votos válidos.
El exlíder sindical, que dejó la presidencia con una aprobación superior al 80 por ciento y volvió al ruedo político tras un período en el que intentaron hacer trizas su imagen, podría beneficiarse del llamado "voto útil", proveniente de electores de candidatos menos competitivos como el centroizquierdista Ciro Gomes, tercero en las encuestas (siete por ciento) y la centrista Simone Tebet (cinco por ciento).
En los últimos días Lula se ha granjeado una ola de apoyos. El expresidente brasileño, Fernando Henrique Cardoso pidió a los brasileños votar "por la democracia", en oposición implícita a Bolsonaro, y recibió el respaldo de su exministra de Medio Ambiente, Marina Silva, después de años distanciados.
En tanto, políticos e intelectuales de América Latina pidieron en una carta abierta a Ciro Gomes que renuncie para facilitar la victoria de Lula.
Además del "voto útil", Lula está enfocado en combatir la abstención, que en 2018 rondó el 20 por ciento en una elección que es obligatoria y considerada clave para definir si habrá segunda vuelta.
Lula, de 76 años, desestima la gestión de Bolsonaro y asegura que volverá al poder para "arreglar el país", citando constantemente los logros sociales de sus ochos años de gobierno.
Según la Red Brasileña de Investigación en Soberanía y Seguridad Alimentaria (Penssan), 33,1 millones de brasileños pasan hambre, un alza de 73 por ciento en los últimos dos años y pandemia de por medio, con Bolsonaro estaba al frente del país.
El actual mandatario, candidato por el Partido Liberal (PL), es un excapitán del Ejército y exdiputado de 67 años que ha centrado su estrategia en la exaltación de las armas, los valores morales ("Dios, patria, familia") y en ataques a su adversario. A Lula lo tilda de "ladrón", en referencia a la condena por corrupción que se le achacó y que, antes de ser anulada por la corte suprema, lo mantuvo más de un año en prisión y lo apartó de la elección en 2018.
Bolsonaro es respaldado por influyentes sectores como el evangélico, empresarial y agropecuario, pero enfrenta resistencias en el electorado femenino y entre los más pobres, que prefieren a Lula pese a la ayuda mensual de 600 reales (114 dólares) distribuida desde agosto por el gobierno.
El presidente afirma que las encuestas, que lo muestran en desventaja incluso en un eventual segundo turno, mienten.
También cuestionó, sin pruebas, la fiabilidad del sistema de voto electrónico en Brasil, insinuando que podría haber fraude. Esto genera temores de que no reconozca su casi segura derrota.
El Tribunal Superior Electoral (TSE) de Brasil calificó de mentiras las críticas del partido de Bolsonaro, sobre el sistema de votos. Al respecto el PL distribuyó un documento en el cual lanzó sus dudas sobre el proceso electoral.
El TSE consideró esa postura "sin sustento en la realidad”, y afirmó que es información fraudulenta que atenta contra el estado democrático de derecho y el poder Judicial.
Según la revista Veja, las críticas al sistema electoral forman parte de un plan del comando electoral de Bolsonaro, que prevé su segura derrota el domingo.
El miércoles el presidente del PL, Valdemar Costa Neto, visitó el poder electoral y al salir afirmó que no existe una "sala secreta de conteo de votos", contradiciendo a Bolsonaro y sus ataques al sistema electoral.