Brasil en recta final hacia el cambio definitivo
Lula lidera la intención de votos y podría ganar en primera vuelta este domingo.
Brasil ya se enfila hacia las puertas del cambio. Este domingo 2 de octubre los brasileños decidirán en las urnas su futuro presidente, pero la mayor interrogante gira en torno a la realización o no de una segunda vuelta que, de tener lugar, está prevista para el 30 de octubre.
En total, unos 156 millones de brasileños están llamados a votar. Además del presidente, se elegirán también gobernadores y congresistas.
Aunque hay 11 aspirantes en liza, los electores tendrán que decidir entre los principales candidatos, Jair Bolsonaro y Luiz Inácio Lula da Silva. Este último, favorito en las encuestas que le otorgan 48 por ciento de las intenciones de voto, frente a 35 por ciento de Bolsonaro.
El último sondeo de la encuestadora Datafolha, Lula podría vencer en primera vuelta, pues puede alcanzar el 50 por ciento más uno de los votos válidos.
Para el exlíder sindical resultaría vital el llamado "voto útil", proveniente de electores de candidatos menos competitivos como el centroizquierdista Ciro Gomes, tercero en las encuestas (siete por ciento) y la centrista Simone Tebet (cinco por ciento).
Lula dejó la presidencia en 2011 con una aprobación superior al 80 por ciento y se convertiría, de ganar, en el primer presidente brasileño al que se le concede un tercer mandato.
Una brillante vuelta
El fundador y líder del PT volvió al ruedo político tras un período en el que intentaron hacer trizas su imagen. Entre abril de 2018 y noviembre de 2019, pasó un total de 580 días en prisión tras una causa sin probatoria acusado de corrupción y lavado de dinero.
Gracias a la ausencia de Lula a finales de 2018, Bolsonaro pudo salir electo presidente. Pero, a principios de 2021, las condenas de Lula fueron anuladas por errores de procedimiento, por lo que el expresidente recuperó sus derechos y volvió a la vida política.
En las últimas semanas Lula se ha granjeado una ola de apoyos. El expresidente brasileño, Fernando Henrique Cardoso pidió a los brasileños votar "por la democracia", en oposición implícita a Bolsonaro, y recibió el respaldo de su exministra de Medio Ambiente, Marina Silva, después de años distanciados.
En tanto, políticos e intelectuales de América Latina pidieron en una carta abierta a Ciro Gomes que renuncie para facilitar la victoria de Lula.
Lula, de 76 años, desestima la gestión de Bolsonaro y asegura que volverá al poder para "arreglar el país", citando constantemente los logros sociales de sus ochos años de gobierno.
Bolsonaro sueña con una victoria aplastante
El actual mandatario, candidato por el Partido Liberal (PL), es un excapitán del Ejército y exdiputado de 67 años que ha centrado su estrategia en la exaltación de las armas, los valores morales ("Dios, patria, familia") y en ataques a su adversario a quien tilda de "ladrón".
En contra de los pronósticos, Bolsonaro sigue hablando de una contundente victoria en primera vuelta. "Es el sentimiento de la gran mayoría del pueblo brasileño", dijo a mediados de septiembre.
Según divaga el presidente, ha sido recibido con tanto entusiasmo en la campaña, que es impensable una derrota.
En 2018 cuando Bolsonaro ganó las elecciones, comenzó a acusar de que las urnas electrónicas fueron manipuladas y que se le robó así un triunfo sólido en primera vuelta.
Desde ese entonces repite estas denuncias sin presentar ninguna prueba. Y su teoría de conspiración es ampliamente aceptada también entre sus partidarios, especialmente, desde el PL.
Bolsonaro ya amenaza con no reconocer los resultados electorales, y con ello, estaría siguiendo el "guión" de su ídolo, Donald Trump. E imitando esos mismos patrones, observadores temen que se produzcan disturbios en Brasil, similares a los ocurridos en el Capitolio de Washington el 6 de enero de 2021.
Y es que el núcleo duro de los partidarios de Bolsonaro también incluye a un gran número de personas portadoras de armas, lo que es motivo de preocupación. Hoy, alrededor de un millón de ciudadanos lleva un arma en el país.
Todo ello se respalda con los incidentes violentos que ocurrieron en los últimos meses en el país. En julio, por ejemplo, un simpatizante de Bolsonaro disparó y mató a un miembro del PT en la ciudad de Foz do Iguaçu, en el sur de Brasil. También hay al menos otros dos casos en los que partidarios de Bolsonaro mataron a votantes de Lula.
Por este motivo, los adherentes de Lula temen que los votantes del PT no acudan a las urnas el domingo por miedo a la violencia.