El autoproclamado líder militar de Burkina Faso, el capitán Ibrahim Traore, anunció el domingo que la situación en el país africano se encuentra bajo control tras el golpe de Estado contra el presidente interino Paul-Henri Sandaogo Damiba.

Al hablar en la televisión pública, Traore manifestó que las cosas vuelven a la normalidad de manera gradual.

También llamó a la población a retomar sus actividades y abstenerse de cualquier acto de violencia y vandalismo.

Horas después del golpe de Estado, el depuesto Paul-Henri Sandaogo Damiba, pidió a Traore entrar en razón con el fin de evitar una guerra fratricida.

En un intento por evitar un conflicto interno, Paul-Henri Damiba aceptó dimitir dos días después de que fuera depuesto y apartado del poder por un grupo militar.

Damiba fijó siete condiciones para renunciar, incluidas garantías de seguridad para él y para los soldados que lo respaldan, así como el compromiso asumido ante la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (Cedeao) de volver a un gobierno civil en un plazo de dos años. 

Mediadores entre los golpistas y simpatizantes de Damiba, informaron que Traore aceptó las condiciones expuestas por el depuesto presidente interino.

Por su parte, el presidente de la Cedeao, Moussa Faki Mahamat, aplaudió la resolución de la crisis en Burkina Faso y anunció el envío de una misión al país para tratar con los golpistas.

En un comunicado, el jefe de Estado de Guinea-Bisáu y presidente de turno de la Cedeao, Umaro Sissoco Embaló, reiteró que la organización sigue con preocupación la situación en Burkina Faso.

El pasado viernes un grupo de militares asaltaron el palacio presidencial, la televisión pública y ciertos puntos estratégicos de la capital del país, Uagadugú. El capitán Ibrahim Traore anunció horas más tarde que el presidente Damiba fue destituido.