La traición que mató a Sankara: testimonio del único sobreviviente
Halouné Traoré, único sobreviviente de la masacre de 1987, revela cómo Blaise Compaoré traicionó a Thomas Sankara y truncó la revolución en Burkina Faso.
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El presidente y símbolo del panafricanismo revolucionario, Thomas Sankara.
El 15 de octubre de 1987 marcó una de las páginas más trágicas en la historia de Burkina Faso. Ese día, Thomas Sankara, presidente y símbolo del panafricanismo revolucionario, fue asesinado junto a doce de sus compañeros en la sede del Consejo Nacional Revolucionario en Uagadugú.
Su antiguo camarada y amigo, Blaise Compaoré, tomó el poder tras el golpe de Estado que puso fin al proceso revolucionario iniciado en 1983.
Treinta y ocho años después, Halouné Traoré, el único superviviente de aquella jornada, recordó el suceso en una entrevista con Brasil de Fato, describiéndolo como “una conmoción de proporciones enormes para los cimientos de la revolución”.
“Confiaba plenamente en Blaise”
Traoré relató que la reunión con Sankara comenzó con normalidad hasta que se escucharon disparos desde el exterior. “El camarada presidente se levantó, se arregló la ropa y salió con las manos en alto. Le dispararon a quemarropa en la entrada”, rememoró.
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Para él, la traición no fue solo política, sino personal. “Thomas confiaba plenamente en Blaise”, dijo. Ambos mantenían una relación de camaradas en armas y una profunda amistad que, según Traoré, fue quebrada por la ambición y la injerencia extranjera.
El golpe de Compaoré, respaldado por intereses franceses, desmanteló el proyecto de soberanía nacional de Sankara.
Durante sus 27 años en el poder, Compaoré restauró las oligarquías, reabrió el país al FMI y deshizo las reformas sociales impulsadas por su predecesor.
La justicia tardía y el perdón posible
Tras el levantamiento popular de 2014 que puso fin al régimen de Compaoré, Burkina Faso pudo abrir el juicio por el asesinato de Sankara. En 2021, el Tribunal Militar de Uagadugú condenó a Blaise Compaoré, Hyacinthe Kafando y Gilbert Diendéré a cadena perpetua por su responsabilidad directa en la masacre.
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Las investigaciones demostraron que los soldados que ejecutaron el ataque salieron de la residencia de Compaoré y actuaron bajo sus órdenes.
Pese al veredicto, Traoré insiste en que la justicia debe ir acompañada de reconciliación nacional:
“No hay nadie mejor que Blaise para hablar de Thomas. Si atacas a Blaise, también atacas a Thomas. El perdón puede unir lo que el crimen rompió.”
El legado de Sankara frente al neocolonialismo
Halouné Traoré aprovechó su testimonio para denunciar la persistente explotación neocolonial en el Sahel, donde compañías de Estados Unidos, Canadá y Australia extraen oro y minerales dejando escasas ganancias al país. "Son buitres. Cuando ganan 10 mil francos, dan cinco a Burkina Faso”, lamentó.
Según el sobreviviente, el imperialismo contemporáneo es más sutil y tecnológico, operando “a través de internet, la red y WhatsApp”, sustituyendo la dominación militar por dependencia mental y económica.
A pesar de todo, Traoré reivindica el ejemplo de honestidad, austeridad y dignidad de Thomas Sankara, quien rechazó privilegios y vivió como el pueblo que representaba:
“No tenía cuenta bancaria ni propiedades en el extranjero. En moralidad y coherencia, superó a su tiempo.”
Un símbolo para África y el Sur Global
El asesinato de Sankara rompió el impulso revolucionario africano de los años 80, pero su pensamiento resurge hoy en los movimientos sociales del continente.
Su llamado a la soberanía económica, la autodeterminación y la descolonización de África sigue inspirando a líderes del Sahel que enfrentan al neocolonialismo y a las bases militares extranjeras.
Para Traoré, el legado de Sankara sobrevive “en cada pueblo que resiste la dominación”, en cada intento de recuperar los recursos nacionales para el desarrollo popular.