Estados Unidos teme a la línea Arabia Saudita-Rusia-China
Un experto estadounidense analizó la reacción de Washington a las recientes decisiones sauditas sobre la producción de petróleo.
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EE.UU. ve con pavor esta afable relación.
El académico y analista político estadounidense, Richard Falk consideró que la política exterior actual de Washington está sustentada en el temor de que Arabia Saudita pueda cambiar su alineación hacia China y Rusia.
Falk comentó a Press TV sobre las advertencias de Estados Unidos a Arabia Saudita después de que la Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus aliados (OPEP+), en la que Riad es uno de los principales productores, anunciara la semana pasada que recortaría la producción de petróleo.
El Profesor Emérito de Derecho Internacional en la Universidad de Princeton y exrelator especial de las Naciones Unidas sobre la situación de los derechos humanos en los territorios palestinos ocupados desde 1967, aseguró que Biden y EE.UU. fueron duramente criticados por su relación amistosa con Arabia Saudita después del asesinato en 2018 del periodista Jamal Khashoggi.
Con esa "amistad" Biden ignoraba los valores democráticos y los derechos humanos, al tiempo que permitía a Arabia Saudita y a Mohammed bin Salman blindar la censura oficial, siendo considerados un socio estratégico en materia de energía y seguridad en Medio Oriente, agregó.
En ese sentido subrayó que “Arabia Saudita nunca tuvo la influencia política en los EE.UU. que disfruta ´Israel´, careciendo de su destreza de cabildeo e influencia en los votantes estadounidenses”, dijo Falk.
Para el analista la visita de Biden a Riad, a pesar de las críticas, fue compensada por los compromisos sauditas de mantener la producción y los precios futuros del petróleo de acuerdo con las prioridades de la política estadounidense contra Rusia y la inflación.
Luego del cambio de parecer de Arabia Saudita, Biden le amenazó con consecuencias, pero no explicó cuáles serían. Falk considero que el actual jefe de la Casa Blanca solo intentó decir que reevaluaría toda la relación entre Washington y Riad.
“Tal muestra pública de descontento refleja una presión pública y del Congreso para repensar si la cercanía con Arabia Saudita sirve a los intereses estadounidenses. La opinión más persuasiva es que se trata de una confusión temporal entre aliados que resultará en nada más que una advertencia y una señal de decepción”, agregó.
Ambos gobiernos, aseguró, minimizarán las aparentes tensiones del momento, y no sucederá nada concreto que disminuya el nivel de cooperación mutua.
Al respecto, especuló, detrás de la escena podría estar “Israel” ejerciendo una fuerte presión y alentando ese enfoque por el bien de sus ambiciones regionales y para respaldar sus continuos esfuerzos para confrontar y desestabilizar a Irán, concluyó Falk.