La difamación contra la República Islámica de Irán no oculta la verdadera naturaleza de los falsos reclamantes de los derechos humanos, declaró Nasser Kanaani, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores.

Al referirse a las exposiciones enemigas sobre la materia, el diplomático señaló el carácter histórico de las falsas acusaciones de algunos gobiernos contra Teherán. ¿Hasta cuándo la hipocresía?, preguntó Kanaani.

En ese sentido, el diplomático denunció la distorsión mediática en torno a las recientes acciones subversivas acaecidas en el país tras el fallecimiento de la joven Mahsa Amini.

En su opinión, el accionar de algunos políticos forma parte de una campaña de desinformación alineada con las alegaciones anti-iraníes y en apoyo a los actos de terrorismo respaldados por los servicios de Inteligencia de gobiernos hostiles a Irán.

Los primeros disturbios estallaron en Teherán a mediados de septiembre tras la muerte de la joven iraní, quien se desmayó en una comisaría de Teherán y fue declarada muerta tres días después en un hospital.

Según el informe oficial de la Organización de Medicina Forense de Irán –confirmado el pasado 7 de octubre–, el fallecimiento de Amini (22 años) se debió a un ataque cardíaco y no a golpes propinados en la cabeza o en órganos y elementos vitales, como indicaron las publicaciones occidentales.