Revolución Ciudadana ganador neto de elecciones en Ecuador
El partido del exmandatario ecuatoriano Rafael Carrea necesitará el apoyo de alguno de los perdedores en los comicios el domingo último para lograr la presidencia en 2025.
La jornada electoral del domingo último dejó en Ecuador un vencedor neto: Revolución Ciudadana y su líder, Rafael Correa. También dejó un gran perdedor: el banquero-presidente Guillermo Lasso. A este lo acompaña toda la derecha tradicional.
No obstante, hay algunos perdedores relativos (el centroizquierda y el movimiento indígena Pachakutik) cuyo apoyo Revolución Ciudadana (RC) necesita para recuperar la presidencia en 2025.
Ahora se plantea la gran incógnita: ¿cómo asegurar durante dos años la gobernabilidad de un país cuyo presidente está deslegitimado y que está cruzado por una violencia social generalizada?.
Los grandes triunfadores de esta contienda electoral son los candidatos del movimiento RC, entre ellos, Pabel Muñoz, electo Alcalde de Quito y Paola Pabón, reelegida Prefecta de Pichincha (que incluye la capital).
Lo mismo ocurrió en otras zonas del país donde partidos y movimientos políticos que llevaban varias décadas ocupando los cargos más importantes fueron desplazados por el correísmo. La razón de este fracaso conservador es que Guayaquil sufre una gran inseguridad y tiene la tasa de homicidios más alta del continente.
Otro perdedor de esta jornada electoral fue el movimiento indígena Pachakutik que apostó por las candidaturas de Jorge Yunda y Guillermo Churuchumbi para llegar a la Alcaldía de Quito y la Prefectura de Pichincha, respectivamente.
Aunque Pachakutik obtuvo algunos triunfos en la zona andina, su caudal disminuyó mucho frente a años anteriores, porque la población andina cobró caro al movimiento su oportunismo y sus alianzas cambiantes en nombre de las reivindicaciones identitarias.
Al mismo tiempo, los votantes rechazaron también por más del 50 por ciento las ocho preguntas incluidas en el referéndum que debía modificar la Constitución de 2008.
El gobierno de Lasso pretendía quitar de la ley fundamental los mecanismos de democracia participativa, reducir el número de asambleístas nacionales y de partidos y concentrar más poder en la Presidencia y el Poder Legislativo.
La combinación entre el triunfo del NO en el referendo y el de los candidatos correistas en las tres provincias más importantes del país instaura para los próximos dos años un cogobierno inestable en el que abundarán los golpes bajos, las maniobras de mercado y las conspiraciones para hacer aún más difícil el camino hacia 2025.
Las elecciones en Ecuador acontecieron después de la brutal represión contra los movimientos populares en 2019 y 2021, los enfrentamientos frecuentes entre presos vinculados al narcotráfico y masacres que dejaron más de 400 muertos desde 2021.
Aunque derrotada en las urnas, la derecha ecuatoriana conserva importantes bases de poder. El correísmo, por su parte, victorioso en los comicios, no puede aspirar al gobierno por sí solo. En el medio hay una amplia gama de movimientos y partidos con los que deberá negociar para alcanzar la mayoría.
En la medida del deterioro de la situación y la derecha sabotee el camino hacia la restauración democrática, más amplias deberán ser las alianzas a imponer a Revolución Ciudadana como condición para gobernar el país.