Turquía: Elecciones sobre las ruinas del desastre
La oposición acusó al gobierno de ser lento en responder y no proporcionar rápidamente los esfuerzos de socorro adecuados a los damnificados por el terremoto.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, enfrenta críticas y acusaciones por la inacción de su gobierno y la lentitud de las operaciones de rescate y socorro para los afectados por el terremoto, mientras el país se prepara para las elecciones generales.
Más de dos semanas desde el devastador sismo, diez estados fueron destruidos de diversas formas, y muchos de sus edificios arrasados. El número de víctimas superó las 43 mil personas.
Acusaciones y críticas llovieron sobre las autoridades turcas, desde el primer día, con respecto al manejo del desastre.
Los afectados por el terremoto y la oposición acusaron al gobierno de ser lento en responder y no proporcionar los esfuerzos de socorro adecuados de manera rápida. Algunos cuestionaron por qué el ejército no intervino antes para ayudar.
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El devastador movimiento telúrico llegó en un momento crítico para el futuro de Turquía, en la cúspide de las elecciones generales previstas para el próximo mes de mayo.
El presidente Recep Tayyip Erdogan, reconoció la ocurrencia de problemas y obstáculos el primer día después del siniestro, pero al mismo tiempo defendió los esfuerzos de los equipos involucrados en el rescate y remoción de escombros.
En general, la historia nos dice que los desastres pueden tener efectos significativos en la estabilidad política, y pueden escapar al control de quienes están en el poder y constituir un escenario para la competencia política.
A raíz del desastre, un debate entre Erdogan y la oposición
Las posibilidades de Erdogan de renovar su tercer mandato como presidente eran vacilantes incluso antes del desastre. El mandatario enfrenta una serie de crisis, en particular la económica, representada por la exacerbación de la inflación, la fuerte caída de la moneda local, así como el asunto de los refugiados sirios, visto por muchos turcos como una de las causas de la presión económica.
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La oposición, aún sin un candidato a la presidencia, culpó a Erdogan por el alcance de la destrucción natural y la lenta respuesta.
Sin embargo, el presidente turco rechazó las acusaciones de los oponentes e instigadores, denunció las campañas en aras del interés político, y llamó a la unidad y la solidaridad.
Ahora, Erdogan se percata de que su suerte política depende de una respuesta rápida y decisiva al terremoto y sus consecuencias.
El gobierno desbordado por la crisis económica, enfrenta el reto de conseguir ayuda para los 13,5 millones de afectados por el terremoto.
La historia reciente de Turquía ofrece una clara advertencia para el presidente. Cuando un terremoto masivo sacudió Izmit cerca de Estambul en 1999, el primer ministro Bulent Ecevit, paralizado por la magnitud del desastre, fue ampliamente condenado por no movilizarse lo suficientemente rápido.
Pero Erdogan parece decidido a evitar los errores de Ecevit, ¿será capaz de darle la vuelta a las cosas a su favor para ganar las elecciones?