Nadie atentó contra la salud de diplomáticos de EE.UU. en Cuba
Siete agencias de inteligencia reconocieron que no hubo arma secreta ni país extranjero detrás de las dolencias descritas por el personal estadounidense radicado en La Habana hace siete años.
Siete agencias de inteligencia de Estados Unidos descartaron el uso de armas sónicas para causar los “incidentes de salud” usados en 2017 como pretexto para reducir la presencia diplomática de ese país en Cuba.
El llamado síndrome de La Habana no fue causado por un actor extranjero o un arma de energía electromagnética confirmaron las agencias al diario The Washington Post.
Cinco de ellas calificaron de “muy improbables” los supuestos ataques de una entidad extranjera asentada en la capital cubana. La sexta lo consideró “improbable” y la séptima no ofreció conclusiones.
Contrario al informe de expertos publicado un año atrás, estos funcionarios no vieron patrones comunes entre los más de mil casos analizados, ni pruebas de inteligencia, información forense o geolocalización que apunten a ondas de energía o haces ultrasónicos intencionales.
Las quejas empezaron en 2016 e incluían hemorragias nasales, náuseas y dolor de cabeza. Buena parte del personal "afectado" eran oficiales encubiertos de la CIA, quienes acusaron a Moscú y a otros países rivales, y no solo en la isla caribeña: también en sedes diplomáticas en China, Rusia, Europa e incluso en Washington.
Bajo presión del Congreso, el Departamento de Estado designó en noviembre de 2021 un nuevo coordinador para investigar las denuncias de "lesiones cerebrales". En enero de este año la CIA reconoció que era poco probable que Rusia u otro “actor extranjero” causara esos incidentes anómalos.
Elexpresidente Donald Trump usó en 2017 los nombrados ataques sónicos para reducir al mínimo el personal en la embajada estadounidense en La Habana.
El consecuente cierre del consulado afectó a decenas de miles de viajeros cubanos, obligados a desplazarse a un tercer país para solicitar visa hacia territorio estadounidense.