Un terrorista suicida en motocicleta embistió un camión de la policía en la provincia de Baluchistán, en el suroeste de Pakistán, y mató al menos a 10 efectivos, en uno de los atentados más mortíferos contra las fuerzas de seguridad este año.

Hasta el momento, ningún grupo armado reivindicó de manera inmediata la autoría, ocurrida en un puente del distrito de Sibi, situado a unos 150 kilómetros al este de Quetta, la capital provincial.

De acuerdo con Mahmood Notenzai, jefe de la policía local, los agentes realizaban una patrulla rutinaria cuando ocurrió el sabotaje. Los agentes atacados fueron desplegados la semana pasada en Sibi para asistir a un festival cultural anual.

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Con anterioridad los separatistas baluches protagonizaron acciones similares en varias partes del país en su lucha contra el gobierno central, a quien responsabilizan de la explotación de los recursos minerales y el gas de la provincia de Baluchistán.

El primer ministro Shehbaz Sharif condenó el atentado, expresó sus condolencias a las familias de los fallecidos y ordenó a los funcionarios del Ministerio de Salud proporcionar la mejor atención médica a los heridos.

Según Sharif, el terrorismo en Baluchistán forma parte de una nefasta agenda para desestabilizar el país.

Islamabad culpa a su archirrival la India de los atentados de Baluchistán. Según las autoridades, a Nueva Delhi le molesta la asociación económica de Pakistán con China en la región.

El año pasado, un terrorista suicida del grupo Daesh atentó contra el convoy de seguridad del presidente pakistaní, Arif Alvi, cuando asistía al festival de Sibi.

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