Falleció en México Antonio Conde, El Cuate, a los 97 años
Fiel colaborador de Fidel Castro durante la preparación de la etapa bélica de la Revolución Cubana, tuvo a su cargo la compra y reparación del yate Granma, pieza clave en el triunfo de enero de 1959.
Antonio del Conde Pontones, El Cuate, fiel colaborador de Fidel y Raúl Castro en México mientras preparaban la revolución definitiva para Cuba, murió a los 97 años de edad.
Sus últimos días transcurrieron en un asilo del municipio de Tecate, en el estado mexicano de Baja California, y aunque el deceso ocurrió el 28 de marzo, sus familiares y amigos íntimos decidieron comunicarlo a la prensa este viernes.
Su amistad con Fidel inició en junio de 1955, y según contó después, quedó prendado de la inteligencia del abogado cubano, tan joven como él, y de su capacidad para persuadir a las personas de apoyarlo en el proyecto de liberar a su patria de una criminal tiranía.
El héroe le asignó el sobrenombre de El Cuate, quien a su vez lo trataba de "Alejandro", su alias en la clandestinidad.
Además de otras misiones de excepcional valor para la Revolución cubana, tuvo a su cargo la compra y reparación del yate deportivo Granma, una embarcación de apenas 63 pies usada por los 82 combatientes expedicionarios para viajar a la costa suroriental de Cuba, cerca de la Sierra Maestra, e iniciar la etapa final de la guerra contra la dictadura de Fulgencio Batista.
Los vínculos del colaborador mexicano con la isla caribeña perduraron después de la partida de Fidel, a cuyo ejército en crecimiento envió armas compradas en riesgosas operaciones en Estados Unidos.
Ha fallecido Antonio del Conde, 'el Cuate' del Granma, entrañable amigo de Cuba. Nuestras condolencias a sus familiares y compañeros. #Cuba #CDRCuba #SomosDelBarrio pic.twitter.com/vlDQ5I8kjT
— Gerardo Hdez. Nordelo (@GHNordelo5) April 7, 2023
El triunfo revolucionario del 1 de enero de 1959, lo sorprendió en una prisión norteña, donde estuvo casi un año por su incondicional respaldo a Cuba, a donde viajó tras su libración. Residió en La Habana con su familia hasta 1964.
Luego de su regreso a México laboró en varios sectores, tuvo una imprenta y dio charlas en universidades y asociaciones civiles para mostrar la verdad de la historia cubana.
En sus visitas a la isla, solía ir al Museo de la Revolución, donde el yate Granma se conserva en una vitrina especial.
En 2004, Conde publicó un libro titulado Memorias del dueño del Yate Granma, para contar su vínculo con el proceso de liberación cubano. En él relató la odisea para encontrar una embarcación adecuada para el traslado de los combatientes con armas y municiones, y cómo dispuso de su tienda de armería, sus conocimientos técnicos y contactos comerciales en función de apoyar la necesaria expedición.
Su muerte sobrevino como resultado de una enfermedad asociada al deterioro natural de su salud, a los 97 años.