Tensa calma en Sudán luego de 15 días de constante combate
Las partes en conflicto designaron representantes para sentarse a negociar el fin de la ofensiva, con un saldo de más de 500 muertos y cuatro mil heridos.
La capital Khartum vive un estado de cautelosa calma después de varias jornadas bajo poderosos ataques aéreos e intercambio de disparos entre el Ejército de Sudán y las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR).
Los conflictos entraron en su tercera semana en medio de treguas pactadas y luego violadas por ambas partes, y constantes acusaciones mutuas.
Los dos bandos designaron representantes en un diálogo para negociar un alto al fuego permanente, aunque no se ponen de acuerdo sobre los términos para sentarse a la mesa de deliberaciones.
Las conversaciones tendrían lugar en Yuba, capital de Sudán del Sur, aunque la inestabilidad en el país hace casi imposible viajar por vía aérea hasta esa ciudad, apuntó el Ministerio de Relaciones Exteriores sudanés.
En tanto, el presidente del Consejo de Soberanía, comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de Sudán, Abdel Fattah Al-Burhan, reafirmó el compromiso del Ejército con el proceso político y la entrega del poder a un gobierno civil.
No obstante, desestimó negociar con el líder de la milicia, pues lidera una rebelión destinada a desaparecer, "ya sea a través de negociaciones o en combate", alegó.
Ese grupo no puede hablar de democracia y transformación civil cuando toma a los ciudadanos como escudos humanos, denunció.
Igualmente imputó al grupo paramilitar el asesinato y secuestro de varias figuras jubiladas de sus filas, la policía y agentes de seguridad.
Además, los inculpó de violar las treguas pactadas para detener los enfrentamientos, y boicotear los corredores seguros abiertos para atender las necesidades básicas de la ciudadanía y facilitar la evacuación de los extranjeros.
Según el mando vinculado al gobierno, los rebeldes bombardearon de manera indiscriminada las ciudades de Khartoum Norte, Omdurman y Khartoum, para obligar a la población civil a abandonar esas áreas.
En opinión Al-Burhan, sus ataques provocaron grandes pérdidas a los contrarios en el monte Awliya. Además incautaron un vehículo blindado emiratí y dos cañones de artillería durante esa contienda.
Hemedti negociará, pero antes deben cesar los combates
Por su parte, el líder de las Fuerzas de Apoyo Rápido, Muhammad Hamdan, alias Hemedti, aceptó participar en las negociaciones, pero antes deben cesar los combates, demandó.
Igualmente mostró su esperanza de formar en el país un gobierno totalmente civil lo antes posible.
Hemedti negó tener desacuerdos con Al-Burhan, pero lo consideró un traidor por restituir en su Ejecutivo a partidarios del expresidente Omar Al-Bashir.
Confirman evacuación de trabajadores extranjeros del petróleo
En este contexto, el ministro sudanés de Energía y Petróleo, Mohammad Abdullah Mahmoud, anunció la evacuación de todos los trabajadores extranjeros en ese sector dentro del país.
Además, auguró sobre las grandes pérdidas económicas que provocarán los acontecimientos actuales en ese país.
No obstante, las labores no están detenidas, la producción de petróleo no disminuyó desde el comienzo de estos eventos y el país está abierto a las inversiones para cuando culmine el actual conflicto, aseguró Abdullah Mahmoud a la agencia rusa Sputnik.
El peligro de una guerra civil y de la proliferación del territorismo
Ante este panorama, el exprimer ministro sudanés, Abdullah Hamdok, advirtió que la escalada del conflicto conduciría a una de las peores guerras civiles del mundo, si no se le pone fin.
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El trance actual debe detenerse, pues nadie saldrá victorioso, remarcó.
La guerra en curso en la nación africana convertirá al país en un centro fértil para el terrorismo, de acuerdo con un reciente estudio del portal de investigación Trends Research and Advisory.
La situación de anarquía allana el camino para una posible migración de grupos violentos y extremistas refugiados en países vecinos, alerta el informe titulado Las repercusiones de la guerra en Sudán sobre el fenómeno del terrorismo.
En un futuro cercano, Sudán puede ser escenario atractivo para estos elementos terroristas, incluido un grupo de la Hermandad Musulmana en Sudán, apodado localmente como "el Kizan".
Esa organización participó en los acontecimientos recientes con la esperanza de beneficiarse del resultado de la guerra y el caos generalizado que arrasó el país, añade el texto firmado por Mounir Adeeb, investigador especializado en asuntos de movimientos extremistas y terrorismo internacional.
El autor advirtió sobre la amenaza inminente de estas organizaciones para los países vecinos, sobre todo Egipto, ubicado al norte de Sudán.
Las batallas desde el 15 de abril entre el ejército y las Fuerzas de Apoyo Rápido, según informes de la Organización Mundial de la Salud, ya costaron unas 528 vidas de civiles, y cuatro mil 599 están heridos.