El embajador de China ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Zhang Jun Zhang, compartió en ese foro la profunda preocupación de su gobierno por el impacto humano, económico y ecológico resultante del ataque a la presa Kakhovka, en Rusia.

El diplomático apuntó a las miles de personas evacuadas con urgencia, y otras decenas de miles sin acceso al agua potable a partir de las inundaciones.

También llamó la atención sobre el rol crucial de esa instalación para el funcionamiento de la central nuclear de Zaporiyia, al participar como importante fuente de agua de refrigeración.

Según el director general de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), Rafael Grossi, aún no hay riesgos para la central, pero el agua del embalse baja de forma sostenida y en un punto ya no podrá bombearse.

El sabotaje a la presa tenía entre sus objetivos privar de agua a Crimea, denunció el portavoz presidencial de Rusia, Dmitri Peskov.

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Aún no hay claridad sobre las circunstancias o el autor directo del atentado a la cortina del embalse, aunque tanto Kiev como Moscú consideran al otro responsable.