Derecha peruana va por Guido Bellido
El presidente Pedro Castillo dio su apoyo a Guido Bellido, impugnado por la prensa con duros ataques debido a acusaciones de la congresista de extrema derecha Patricia Chirino.
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Presidente peruano respalda a primer ministro impugnado por oposición
Pedro Castillo, otorgó hoy un tácito espaldarazo al primer ministro, Guido Bellido, ante ataques mediáticos y de políticos opositores que exigen su cese por una acusación de presunta agresión verbal a una parlamentaria.
En su cuenta en Twitter, el mandatario publicó una foto en la que despacha con Bellido, junto a un mensaje con el texto 'cumpliendo con el encargo y la confianza que el pueblo me ha otorgado, seguimos trabajando para lograr los sueños de las grandes mayorías'.
Además, señala que 'Solo en unidad y constante diálogo con los peruanos y peruanas, avanzaremos hacia un horizonte de prosperidad'.
Bellido recibe duros ataques en medios de prensa y en el Congreso de la República debido a que la congresista de extrema derecha Patricia Chirinos lo acusó de agredirla verbalmente en su condición de mujer.
Entre tanto, el primer ministro ha negado la acusación sobre lo denunciado por Chirinos, que se remonta a hace más de un mes, cuando, días antes de instalarse el Parlamento, ella y otros legisladores electos, coordinaban la asignación de oficinas y ella pedía la que ocupó hace muchos años su padre, un político conservador.
Bellido ha declarado que los dichos de la legisladora, 'además de falsos, son dolosamente difamatorios hacia mi persona y no ayudan al clima de diálogo' que propugna el Gobierno y en cambio son parte de los empeños por crear condiciones para vacar.
El presidente Castillo, hace unos días, rechazó en un discurso las presiones para que reemplace a varios de sus ministros, entre los que se cuenta el de Trabajo, Íber Maraví, cuya interpelación con intención de censura (destitución) planteó la bancada Renovación Popular (RP), de extrema derecha.
Previamente, Bellido sugirió a Maraví que renuncie ante los ataques, pero este prefirió poner el cargo a disposición del presidente Castillo, en una carta en la que se declara víctima de la ultraderecha empeñada en desestabilizar al gobierno instalado hace poco más de un mes.