Al-Masjid Al-Haram: El viaje hacia la Kaaba
En el Hajj, millones de creyentes llegan a La Meca y responden al llamado sagrado del islam.
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Al-Masjid Al-Haram: El viaje hacia la Kaaba.
Una extraña sensación invade al visitante cuando llega a la mezquita sagrada de Al-Masjid Al-Haram, en la ciudad santa de La Meca. Será la energía que emana de sus arcos de piedra, será el vigor de las historias que lo envuelven o el encanto mismo que supone su construcción.
Cada año llegan hasta aquí musulmanes de todo el mundo. Saben que, bajo el sol del desierto, caminando solos pero en comunidad, aprenderán una enseñanza de Dios: conocerse a sí mismos y a otros.
En el más privilegiado sitio del complejo religioso se alza la Kaaba, el santuario que antaño albergó ídolos paganos y que, tras la revelación recibida por el profeta Muhammad, se consagró como la Casa de Dios.
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Al-Masjid Al-Haram: El viaje hacia la Kaaba. Foto: AFP.
A su alrededor, los fieles caminan en grupo en sentido contrario a las agujas del reloj siete veces (tawaf).
Muchos intentan tocar o besar las paredes de la Kaaba, recubiertas por la kiswah, una tela negra bordada con versos del Corán en hilos de oro, y venerar la Piedra Negra, situada en la esquina sureste, siguiendo la tradición establecida por el profeta Muhammad.
Los peregrinos insisten en que la Kaaba no es un ídolo, sino un símbolo: todas las oraciones se dirigen únicamente a Dios altísimo.
También en Al-Masjid Al-Haram resulta atrayente un muro exterior elevado y curvo, de cerca de 1,5 metro de alto y 17,5 de largo, llamado multazam.
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Multazam.
Dicen los participantes que es importante acercarse a esta zona para recibir el poder y las bendiciones asociadas con la estructura.
Junto a estos sitios, brota el pozo de Zamzam, donde beben los peregrinos y donde se dice que Agar encontró agua para ella e Ismail en el desierto.
La arquitectura islámica está muy bien delineada en Al-Masjid Al-Haram, desde los minaretes hasta sus imponentes puertas adornadas con intrincada caligrafía y patrones geométricos.
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Al-Masjid Al-Haram: El viaje hacia la Kaaba.
Trascienden las hileras de pilares y arcos que crean una sensación de simetría y armonía, mientras los mihrabs indican el camino hacia la oración.
Para los musulmanes, la peregrinación es un profundo viaje marcado por la devoción y la solidaridad comunitaria. Por eso, para quien tenga la posibilidad de visitar Al-Masjid Al-Haram, no hacerlo al menos una vez en la vida resultaría imperdonable.