"El pueblo unido jamás será vencido", un himno creado hace 50 años
Los versos escritos en Chile por el cantautor Sergio Ortega junto al grupo Quilapayún devinieron símbolo de resistencia mundial.
Durante la dictadura de Augusto Pinochet en Chile, el himno más emblemático de las luchas populares en América Latina sonaba clandestinamente.
En medio del relámpago de una luz de bengala, los puñetazos y las torturas, cientos de personas respiraban hondo y entonaban: "El pueblo unido jamás será vencido".
Tarareaban así los versos del compositor y pianista chileno Sergio Ortega, interpretados por el grupo musical folclórico Quilapayún.
Las letras nacieron apenas tres meses antes del golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973, durante una marcha de mujeres en apoyo al gobierno de Salvador Allende (1970-1973).
Sergio Ortega, miembro del Partido Comunista, compuso "esa canción con el corazón puesto en cada nota y ritmo", aseguró su amiga, la actriz Elsa Poblete.
El autor formaba parte del movimiento de la Nueva Canción Chilena, conocido por fusionar ritmos y estilos con una conciencia social.
Tras el quiebre institucional en su nación, el artista se exilió en Francia, donde residió hasta su fallecimiento en 2003.
Los miembros del conjunto Quilapayún también salieron del país y, desde el exterior, no dejaron de interpretar el sencillo a petición del público.
Poco a poco, las estrofas devinieron una marcha de protesta mundial, algo que no estaba contemplado en los planes de los intérpretes en un principio.
Ahora, a 50 años de su creación, aún es posible escuchar esa melodía al unísono y retumbante en ciudades como Madrid, Nueva York o Bogotá.
Por eso, es probable que muchas personas recuerden estos versos: “De pie, cantar/Que vamos a triunfar/Avanzan ya/Banderas de unidad/Y tú vendrás/Marchando junto a mí/Y así verás/Tu canto y tu bandera florecer”.