“Viaje infinito”: Un artista de Cuba revitaliza su comunidad
El documental de la realizadora cubana Lisandra Durán muestra cómo un pueblo trabaja para crear una escultura gigante en Cuba.
Un hombre regresa al pueblo donde nació. Con él también regresan los sueños, las esperanzas, la alegría de verse en el sitio que tanto amó.
El hombre, artista y ganador de múltiples premios, vuelve a su lugar, porque es de allí, aunque viva en otro territorio; de allí como las casas de colores, como los árboles, como la historia de una comunidad llamada Zaza del Medio.
La obra audiovisual que así principia es Viaje infinito, un documental de la realizadora cubana Lisandra Durán, programado para su estreno el próximo viernes 22 de marzo en el Museo Nacional de Bellas Artes de la isla.
Su protagonista, el artista de la plástica Wilfredo Prieto, volvió hace más de diez años a la localidad donde creció en Sancti Spíritus, en el centro del país caribeño, con la propuesta de crear una obra escultórica gigante.
Durante 2012 presentó su idea, pero no fue hasta 2015 que las autoridades aprobaron la iniciativa como Proyecto de Desarrollo Local.
A partir de entonces, comenzaron las labores para llevar a cabo su anhelo: una carretera en forma de signo de infinito situada sobre antiguas tierras ociosas.
Como explicó la documentalista en diálogo con Al Mayadeen español, el trabajo describió la vida de Prieto, que siempre fue un ir y regresar, una repetición constante.
La también reportera visitó la localidad en 2020 y quedó impresionada por cómo la gente apoyaba este diseño y cómo lo defendía.
“Una vez concluya será un proyecto autosustentable con una galería, un cine, un área de agricultura sostenible y otra de reforestación”, afirmó.
Pero, ¿cómo hacerlo realmente ecológico? ¿Cómo lograr que los materiales revitalizaran el lugar y, a la vez, no dañaran el medio ambiente?
La obra contó con el apoyo del profesor José Fernando Martirena Hernández de la Universidad Marta Abreu de las Villas, creador del cemento que durante su proceso de fabricación reduce las emisiones de carbono en un 35 por ciento.
Viaje al infinito es, pues, una historia de sueños, de lucha, y de una escultura capaz de trascender los predios de lo “artístico”.