Argentina destaca en el Premio Literario Casa de las Américas de Cuba
Uno de los títulos aplaudidos fue la novela Buenos Aires, fin de otoño, del escritor Guillermo Adrián Paniaga.
Además del estilo ArtDeco, los libros atesorados o los tejidos antiquísimos, la Casa de las Américas de Cuba destaca por otorgar diversos galardones. El Premio Literario, institucionalizado desde 1960, es el más prestigioso de todos.
El 26 de abril, como en otras fechas anteriores desde entonces, el jurado seleccionó los autores reconocidos, muchos de ellos procedentes de Argentina.
La idea era elegir, saltear, mezclar, en los apartados a los creadores de aquí y de allá. Pero el azar fue curioso, extraño o al menos tuvo el nombre del país sudamericano.
Uno de los títulos aplaudidos fue la novela Buenos Aires, fin de otoño, del escritor Guillermo Adrián Paniaga; todos hablaron de su narración coral y de la manera de resonar en la vida de cada personaje en la complejidad de una vida política.
Mientras, en la categoría de teatro triunfó la obra La piel de la tierra, de Marina Jurberg, por traer la palabra dramatúrgica a la poética, aunque desechó las didascalias y las convenciones de la tradición de la textualidad escénica.
Como parte de los ensayos, resultó triunfador Hace tiempo que caminas. El testimonio andino de la violencia política en el Perú, de Betina Sandra Campuzano, que exploró las matrices críticas del género testimonial.
Entre los trabajos de literatura infantil y juvenil, el lauro recayó en manos de El latido de los días, del mexicano Mario Carrasco Teja, reconocido por su habilidad para combinar trama y maestría literaria de forma cohesiva.
La elección del ganador duró una semana y en esos días hubo lecturas, conferencias y presentaciones de textos.
Desde su creación, el reconocimiento confirmó a muchos de los escritores más destacados de la región y devino una plataforma importante para los jóvenes.