Es imposible no quedar encantado, si al mirarlas uno asegura que no existe creación más hermosa, y recuerda con ellas a los seres queridos.

Muchas de estas son las sensaciones que logramos describir de los pobladores cuando tienen ante sí las flores blancas y púrpuras nacidas en el desierto de Atacama, el más árido del planeta, en el norte de Chile. 

Cada pocos años, este espectáculo ocurre en primavera, cuando las condiciones de lluvia y temperatura son las ideales.

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Sin embargo, este 2024, el evento llegó antes de lo habitual, debido a las lluvias provocadas por El Niño, un fenómeno climático que altera el clima de la región.

Para el jefe de conservación en la Corporación Nacional Forestal, César Pizarro, los 12 milímetros registrados por los pluviómetros en abril más la baja nubosidad resultó muy intensa en la zona y ayudó la activación de estas plantas. 

El territorio germinado aún no es lo suficiente extenso como para ser considerado oficialmente parte del “desierto florido”.

No obstante, los expertos predijeron probabilidad de chubascos más fuertes y esto ampliaría la vegetación sobre un área más grande. 

Durante 2022, el gobierno del país austral anunció la creación de un nuevo parque nacional, para proteger estas raras especies junto con la vida silvestre, incluidos insectos, reptiles y aves.