El "Juego de la fortaleza", un nuevo método para enseñar la Historia
El profesor sirio Faruk Sayes invita por estos días en la ciudad de Damasco a una práctica entretenida de la Historia.
“¡Qué aburrida está la clase de historia!” es una frase clásica y repetitiva por parte de muchos, sea cual sea su edad.
Pero esta observación también puede dar origen a un gran proyecto y así lo pensó el profesor sirio Faruk Sayes cuando buscó métodos alternativos para enseñar a sus pupilos.
El juego de la fortaleza
Faruk Sayes es empleado de la Dirección General de Antigüedades y Museos, investigador en arqueología y un enamorado de la Historia y del pasado.
Desde hace mucho buscaba acercar a sus estudiantes a los sitios arqueológicos y culturales de forma interactiva y lo logró a través del “Juego de la fortaleza".
“Es uno de mis trabajos más importantes. Tardó años en ver la luz porque necesitaba muchas preparaciones. Es un proyecto cultural y educativo, dirigido a los jóvenes”, explicó en entrevista a Al Mayadeen español.
Para él, era muy triste ver cómo los alumnos aprendían la historia de memoria, sin comprenderla, sin darse cuenta que “estos mismos relatos representan la vida de nuestros antepasados”.
Faruk inventó algo capaz de vincular a los pequeños con su tierra gracias a unas maquetas compuestas por varias placas de cartón, numeradas en serie.
Los niños sienten satisfacción al ver la presentación de los sitios con todos sus detalles en un objeto de fácil corte y doblez.
Después comienza la curiosidad: “La etapa de la investigación, de las preguntas sobre el sitio, su historia, sobre los que vivieron ahí. Transmitir la información a través del juego. Es un verdadero viaje “imaginario” a través de la historia”, afirmó este investigador.
El taller de verano
Para pasar los largos días de vacaciones, Faruk montó un taller dedicado a veinte alumnos, entre 11 y 13 años, en el casco viejo de Damasco.
“Cada clase que organizo representa una parte del currículo educativo del alumno, es un aprendizaje activo. Estos modelos dan un valor agregado”, explicó.
Las lecciones facilitan la transmisión del conocimiento asociado a esas antigüedades, y tiene como objetivo desarrollar las capacidades mentales.
También buscan estimular las habilidades de los pequeños en el campo del diseño, la documentación y protección del acervo cultural.
En ese sentido sus estudiantes Cham, Islam y Nataly intervienen y argumentan: “Gracias a este curso, descubrimos la historia de nuestra ciudad, aprendemos a ser pacientes y creativos, también pensamos con mentalidad de ingeniero”.
¿ Y en el mañana?
Faruk tiene muchos proyectos para el porvenir: “Al acabar con los sitios de Damasco, planeo construir maquetas de las principales ciudades del país como Alepo y Homs, antes de exportar mi proyecto al extranjero”.
Su sueño es construir estas ciudades y castillos en un gran terreno para que el visitante, especialmente los niños, caminen y vivan el tiempo de antaño.
Afortunadamente, el ministerio de Educación y Cultura y la Dirección General de Antigüedades y Museos fomentan mucho este tipo de iniciativas, porque como lo repiten siempre los profes en la escuela: "Quien no estudia historia, no conoce su país".