Argentina puso en marcha una supercomputadora capaz de hacer 15 mil 300 billones de operaciones matemáticas elementales por segundo.

Su nombre es Clementina XXI y muchos científicos la consideran como uno de los 100 equipos más potentes a nivel global. 

Comprado por un costo de cinco millones de dólares, el producto ahora forma parte del Data Center del Servicio Meteorológico Nacional.

El término de supercomputadora guarda relación con sus capacidades de cálculo superiores a las comunes, sobre todo en fines específicos.

Según anunció el Ministerio argentino de Ciencia, Tecnología e Innovación, una de las principales aplicaciones del modelo serán los pronósticos con modelos numéricos operativos de mayor resolución y el control de la región antártica.

Por su enorme potencia de cálculo, desde la Casa Rosada también señalaron la enorme potencia del objeto para estudios de genómica, diseño de fármacos, nuevos materiales, creación industrial y modelado de cuencas petroleras.

La nomenclatura de la tecnología es un homenaje a la primera computadora de uso científico instalada en Argentina en 1960. 

En ese momento fue imprescindible la gestión del entonces secretario de Ciencia Manuel Sadosky (1983-1989), impulsor del sistema tecnológico en el país.