¿Qué contiene el corazón del Sahara?
Países como Egipto, Argelia, Libia, Sudán o Chad guardan algunas de las riquezas más improtantes de la región.
En el corazón del desierto de Sahara, sobresale una meseta extendida a lo largo de diversos países de África y compuesta por una orografía variada.
Algunas de sus áreas presentan pequeños relieves montañosos, caracterizados por una humedad relativa de hasta 58 grados Celsius.
Cerca del valle del Nilo, en Egipto, está el oasis de Farafra, con múltiples posibilidades agrícolas, además de ofrecer un encuentro con la historia.
Según los historiadores, este lugar gozó de prosperidad en el pasado, sobre todo en época romana, y de ahí sus restos arqueológicos.
Mientras, en Libia, el Ghadames, un espacio similar, alberga la pintoresca ciudad homónima, a unos 650 kilómetros al sudeste de Trípoli, la capital.
Cada ángulo, pared y abertura en los techos sobre las calles forman parte de un sistema de enfriamiento natural en esta urbe.
Por otro lado, cerca de una duna de arena en el extremo occidental de In Salah, Argelia, una población crece también sobre un fragmento de la meseta.
En el territorio viven cuatro ksour o pueblos amurallados de ladrillos de arcilla roja o violeta, cada uno con su propia ciudadela.
Además, destaca la cordillera de Tibesti, un grupo de volcanes inactivos en la zona central del desierto, en Chad.
Uno de sus conjuntos llamado Emi Koussi es la montaña más alta de la región y la más elevada del Sahara con tres mil 416 metros.
El desierto también incluye áreas bajas, y los expertos estiman que su punto más bajo está aproximadamente a 133 metros bajo el nivel del mar.
Su territorio es rico en recursos minerales de suma importancia, entre ellos petróleo, manganeso, cobre y hierro y uranio.
También contiene enormes recursos ganaderos estimados en decenas de millones de cabezas de camellos, vacas y ovejas.
A pesar de esta riqueza, muchos de los territorios sufren importantes desafíos en varios sectores de desarrollo y altos niveles de pobreza.