La Gran Muralla Verde llega como esperanza para África
Como propuesta, el proyecto concibe la plantación de un conjunto de árboles por más de siete mil 600 kilómetros de largo y 15 de ancho, de oeste a este.
Esperanza y algunas sonrisas llegan de forma lenta a varias partes del Sahel, donde el desierto del Sahara degradó grandes áreas del terreno, destruyó medios de subsistencia y dejó a muchas comunidades en la pobreza extrema.
Su vitalidad es parte de la iniciativa para la Gran Muralla Verde, el programa de la Unión Africana para restaurar 100 millones de hectáreas antes de 2030.
La iniciativa cuenta con apoyo de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura y de la Convención para la Lucha contra la Desertificación, así como del Banco Mundial.
Consiste en la plantación de un conjunto de árboles por más de siete mil 600 kilómetros de largo y 15 de ancho, en dirección de oeste a este.
Algunas de las naciones involucradas son Mauritania, Malí, Burkina Faso, Níger, Nigeria, Chad, Sudán, Etiopía, Eritrea, Senegal y Yibuti. Además, participan Argelia, Benin, Egipto, Gambia, Eritrea, Somalia, Camerún, Ghana y Togo.
También son importantes los socios internacionales, como el Observatorio del Sahara y el Sahel, entre otros, para garantizar el éxito.
Expertos confían que la idea genere miles de lugares laborables y mejore la seguridad alimentaria en una de las regiones más secas del mundo.
Senegal, por ejemplo, creó más de 70 puestos de trabajo y mil 800 indirectos en los últimos seis años, incluidos viveros y huertas multipropósito.
La degradación del suelo redujo allí el 34 por ciento de su superficie y el proyecto recuperó poco más de 40 mil hectáreas, de las 817 mil 500 previstas.
A lo largo de sus 9,2 millones de kilómetros cuadrados, el Sahara es el mayor desierto “caliente” del mundo, donde viven 70 especies de mamíferos, 90 de aves residentes y 100 de reptiles.