El mayor terremoto de Taiwán en los últimos 25 años provocó nueve fallecidos, más de mil 38 heridos y dejó decenas de edificaciones destruidas.

Según el Centro de Respuesta ante Catástrofes, 48 ​​personas permanecen desaparecidas y más de noventa están atrapadas entre los escombros. 

De estas últimas, tres sujetos siguen sin posibilidades de salir en la mina de Zhonghe, en Hualien; cinco empleados del hotel Jingying y 24 turistas continúan en la cueva de Jiuqu, y 64 trabajadores en el yacimiento de Heping.

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Cerca del epicentro, varias estructuras resultaron destruidas o inclinadas con ángulos peligrosos, y sufrieron severos daños en sus plantas bajas. 

Por su parte, el operador ferroviario de alta velocidad descartó la existencia de problemas, aunque los servicios tardaron debido a inspecciones. 

La Oficina de Asuntos de la isla del Consejo de Estado de China expresó la preocupación de los departamentos pertinentes y manifestó su disposición para brindar asistencia de socorro.

Por otro lado, las autoridades taiwanesas agradecieron el ofrecimiento a la parte continental y aseguraron que no había necesidad de ayuda.

Diferentes estimaciones situaron la magnitud del desastre natural entre 7,2 y 7,5, con más de 50 réplicas de manera continua. 

El Centro de Alerta de Tsunamis emitió una alerta de nivel I (rojo), pero luego redujo esa categoría tras recibir notificaciones basadas en monitoreo.

Al decir de los especialistas, la catástrofe fue la peor desde 1999, cuando un temblor causó de la muerte de dos mil 400 personas.